Este fin de semana se llevará a cabo el “Gran Premio de la Ciudad de México”, la carrera número 20 de los 25 premios que conforman el campeonato mundial de Fórmula 1. La relación de México con la F1 comenzó en 1962 como un evento no oficial; se incluyó en el campeonato entre 1963 y 1970 en Magdalena Mixhuca, retomándose en el Autódromo Hermanos Rodríguez entre 1986 y 1992, y finalmente desde 2015, renovándose en 2022 con expectativas de extenderse varios años más.
El impacto económico de este evento ha crecido, convirtiéndose en un fenómeno cultural y económico. En 2022, los boletos de reventa en la Zona Verde del Autódromo alcanzaron hasta 13 millones de pesos en plataformas como StubHub, mientras que el precio oficial era de alrededor de 30 mil pesos. En 2023, los costos aumentaron aún más, alcanzando hasta 16 millones de pesos en reventa para los asientos premium.
Para 2023, la Secretaría de Turismo federal estimó una derrama económica de alrededor de 15 mil millones de pesos, incluyendo 205 millones de pesos para el sector hotelero, con más de 130 mil habitaciones ocupadas, representando un total de 270 mil visitantes, de los cuales aproximadamente 55 mil eran extranjeros. En 2024, se espera una derrama de hasta 16 mil millones de pesos, anticipando un ligero aumento en el turismo extranjero debido a la estabilidad en la organización y la promoción de la F1 en el país.
Los sectores más beneficiados siguen siendo la industria hotelera y restaurantera, y se espera que el número de asistentes supere las 450 mil personas, generando impactos positivos adicionales en los medios de comunicación, que en 2023 tuvieron ingresos estimados en alrededor de 8 mil millones de pesos. El boletaje y souvenirs también alcanzaron un estimado de 6 mil millones de pesos en 2023, con proyecciones similares para 2024, según la Sectur.
Además, la economía informal que rodea el evento permite un ingreso importante para sectores más vulnerables, extendiendo el beneficio económico a través de empleos temporales y comercio local, lo cual se espera mantenga su importancia en 2024.
Este evento sigue a otro de alta derrama, el desfile de Día de Muertos, que en 2023 registró un récord de asistencia con más de 1.2 millones de personas, consolidando el impacto de estos eventos en la economía de la Ciudad de México.
En términos de lecciones económicas, queda claro que la reactivación se logra con consumo, incentivado a través de la colaboración entre el sector público y privado. Este esquema de eventos podría replicarse en otros estados para generar impacto económico similar. En Veracruz, esperamos que eventos como el Festival de Salsa y la Cumbre Tajín en 2025 tengan una formación estratégica que permita no solo el desarrollo de evento de impacto internacional, sino que también logren un crecimiento económico que otorgue un mayor nivel de bienestar de la población.
@EdgarSandovalP