En el Puerto vive una admirada amiga que es médica y que ha dedicado su vida a la despenalización del aborto en Veracruz. Pese a todo. Pese a todas y todos. Desde hace muchos años ha hecho acompañamientos a mujeres que han decidido interrumpir sus embarazos y nunca ha dejado colgada a ninguna.
Además, ha capacitado a personal médico y construido agendas legislativas en la materia que permitieron realizar cabildeo legislativo en red con feministas de todo el estado.
Rara vez usa los reflectores. Ni los necesita ni le interesan. Está más preocupada por la niña indígena víctima de pederastia que casi alcanza las doce semanas de gestación. Pese a que su caso se encuentra dentro de lo establecido por el Código Penal de Veracruz, las autoridades del DIF de su municipio no quieren que aborte.
A distancia, mi amiga trata de mover todos los hilos posibles para conseguir que se respete el derecho de esa niña a no ser torturada por una violación sexual que no le ha sido posible entender.
Está más preocupada por la chica que, creyendo que la Interrupción Legal del Embarazo es una realidad en Veracruz desde julio de 2021, acude a hacer valer su derecho en hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y la regresan a su casa sin brindarle el servicio y dejando la despenalización del aborto en suspenso.
Primero desde la clandestinidad e “ilegalidad” y después desde que nuestro derecho es ley, muchas acompañantas de aborto en Veracruz han observado que una reforma al Código Penal local no desaparece por decreto los mecanismos patriarcales de tortura aplicados a los cuerpos de las mujeres.
Entre la euforia y el desencanto, las redes de acompañamiento feminista siguen acuerpando a las veracruzanas que deciden abortar. No hay medicamentos en los hospitales. Lo que sobra son “objetores de conciencia” y personal médico que, ante la menor provocación, denuncia abortos cuando detecta que estos rebasan mínimamente las doce semanas de gestación.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hasta el mes de julio de este año, la Fiscalía General del Estado de Veracruz ha abierto siete carpetas de investigación por aborto.
Hoy finaliza la administración federal que favoreció e impulsó la despenalización del aborto en doce estados de la República, a saber: Aguascalientes, Baja California Norte y Sur, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa y Veracruz. Recordemos que desde 2007 la ahora CDMX despenalizó el aborto hasta las doce semanas de gestación.
A ello sumamos que, en 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tuvo un fallo histórico al proteger los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y personas con capacidad de gestar, pues determinó que perseguir y penalizar con cárcel a quienes abortan va en contra de la Constitución mexicana.
Bien dicen que “cuerpo de mujer no garantiza respeto a los derechos de las mujeres”. Pese a ello, evoco hoy el deseo porque en la administración que comienza el 1 de octubre, consolide este derecho de las mujeres y se haga realidad la despenalización del aborto en México.
En tanto, les invito a asistir este lunes 30 de septiembre al Foro “Experiencias de las acompañantas de aborto en Veracruz. Prácticas de cuidado feminista para el acceso a la interrupción legal del embarazo”.
Se llevará a cabo en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades. Lo organiza la Maestría en Estudios de Género de la Universidad Veracruzana y acudirán acompañantas de todos los puntos del estado de Veracruz. ¡No se lo pierdan!
*Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana