Pronto iniciará una nueva administración. Este cambio de gobierno trae consigo grandes expectativas y, a su vez, desafíos que requerirán una conducción firme y visionaria para enfrentar los retos que se avecinan en temas críticos como el equilibrio de las finanzas públicas, la promoción de la inversión, la garantía de certeza jurídica y la preservación de una convivencia democrática en una sociedad diversa y plural.
El equipo que acompañará a la nueva gobernadora Norma Rocío Nahle, tiene la oportunidad histórica de implementar políticas que fomenten la estabilidad y el desarrollo del estado de Veracruz. Será necesario contar con una visión de largo plazo. La apuesta es por un diálogo democrático en el que todos los actores sociales, económicos y políticos participen activamente, buscando el bien común.
La mutua disposición a colaborar con el gobierno en la implementación de soluciones que promuevan la justicia, la seguridad y la prosperidad de todos los veracruzanos es el camino, con instituciones sólidas que garanticen un futuro de paz y desarrollo para las próximas generaciones.
Que tenga el mayor de los éxitos la gobernadora Rocío Nahle en su mandato. Que tenga la sabiduría para tomar las decisiones más acertadas en favor de la sociedad veracruzana. Es momento de construir juntos, de escuchar, de proponer y de actuar.
La Ing. Nahle impondrá su sello particular, su estilo particular de gobernar, diría Don Daniel Cossío Villegas. Gobernar requiere de tiempo de reflexión, en lo que numerosos autores han denominado como "la soledad del poder". El estado enfrenta demasiadas urgencias simultáneas, y, para resolverlas, la prisa no puede ser ni criterio ni rasero. Lo deseable para Veracruz es una gobernadora mesurada tanto en sus declaraciones como en sus decisiones. La garantía de los derechos humanos de las y los veracruzanos depende de ello.
En cada relevo se renueva la esperanza del pueblo veracruzano y ahora que asume una mujer como gobernadora, pues se fortalece aún más ese optimismo y se piensa que las cosas van a cambiar por cuestiones de género o por arte de magia.
Toda actividad humana conlleva el riesgo de tener tanto aciertos como errores, por lo cual uno de los atributos que han desarrollado las civilizaciones a lo largo de la historia en su gran capacidad de adaptación, así como de sensibilidad para corregir el rumbo cuando es necesario.
Es por ello que hoy en día, en los tiempos actuales que vivimos, es necesario dialogar para entendernos mejor y encontrar formas de convivencia que nos permitan cambiar aquello que no ha funcionado. El inicio de una nueva administración siempre trae un "aire" de renovación y esperanza.
En otro orden de ideas, nada que hay que dé más miedo que la inteligencia aplicada con fines bélicos o que inciten a la violencia. Normalmente, la violencia y la destrucción han fungido como la antítesis de la inteligencia.
Sin embargo, hoy el mundo está asombrado y lo está porque cualquiera que esté en sus cabales puede entender que todo lo que estamos viviendo en los últimos meses, es el principio del final de la forma en la que se combatían las guerras de nuestro tiempo. Antes "quien a hierro mataba, a hierro moría". Ahora con la supremacía y con la dependencia extrema que tenemos hacia lo tecnológico, hacia el hecho de querer tener todo al alcance de la pantalla de nuestro celular, se ha creado un nuevo mundo. Un mundo que ha modificado el significado de paz, armonía y desarrollo, también lo ha hecho con la forma en la que se libran y resuelven las guerras.