No es la primera vez que se aborda el tema del liderazgo y de los dobles mensajes del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es innegable que AMLO ejerce una gran influencia sobre un amplio sector de los mexicanos y lo es también que muchos de ellos le creen a ciegas y lo imitan sin cuestionar si tiene razón o no.
El polémico asunto de la pandemia que ha derivado en el confinamiento de la población, en el cierre de empresas y en la pérdida de millones de empleos es el más claro ejemplo de esos dobles mensajes.
Todos recordamos cuando en sus conferencias mañaneras, el Peje llamaba a la población a no usar el cubrebocas y a salir a la calle y a comer en los restaurantes. A contrapelo de lo que recomendaban médicos y epidemiólogos de que todos debemos usar el cubrebocas, López Obrador incitaba a la gente a actuar como si no pasara nada a pesar de que la pandemia avanzaba y el número de contagiados crecía. Cuando el presidente se dio cuenta de la gravedad del problema reaccionó y empezó a recomendar las medidas sanitarias, como el uso de cubrebocas y el confinamiento.
Pero eso no fue todo, pues luego empezó a repetir que estábamos domando la curva de enfermos y de fallecidos a pesar de que los reportes de su propio gobierno decían lo contrario. Incluso, como consecuencia de que mucha gente no usa el cubrebocas ni cuida la sana distancia la pandemia ha seguido cobrando víctimas. En este contexto, el exalcalde de Xalapa, Reynaldo Escobar, acaba de escribir hace unos días que en la cuatroté, los reflectores son para el presidente Andrés Manuel. Tiene razón cuando en su artículo publicado el miércoles pasado dice que “no se necesita ser miembro del gabinete ni militante de Morena para entender que la línea presidencial con relación a los cubrebocas es “no usarlos”, a riesgo de contagios y de perder la vida...”. También la tiene cuando apunta que “los tiempos de los colaboradores más cercanos al presidente López Obrador son cada vez más contradictorios y engañosos; así se entiende que mientras el doctor López-Gatell da fechas engañosas para considerar el fin de la pandemia, la realidad noticiosa lo desmiente día a día. “(Arturo) Herrera Gutiérrez (secretario de Hacienda) aseguró el martes pasado, ante la Canacintra, que con el cubrebocas se abrirá gradualmente la economía, pero que según la dependencia a su cargo se mantendrá dicha medida hasta el mes de julio del año próximo. “El disgusto del día para el presidente López Obrador no se pudo ocultar al enterarse del resbalón que hizo caer de su gracia al actual responsable de las finanzas, quien relevó el día 9 de julio de 2019 a Carlos Manuel Urzúa Macías, exsecretario de Hacienda, destituido por el propio presidente, por haber pretendido ganar reflectores al titular del Ejecutivo”. Así remata Escobar Pérez su artículo: “La renuncia de Urzúa, el resbalón de Arturo Herrera, las mentiras de López-Gatell y la posible renuncia de Jiménez Espriú, obligan al presidente a pensar mejor sus determinaciones”. Y lo que vemos en la realidad de las mañaneras de AMLO y en sus presentaciones en público es que seguirá ejerciendo su liderazgo para imponer la agenda.
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