/ lunes 5 de agosto de 2024

Cuidado con las promesas

Dos años después de lo anunciado, tras dos inauguraciones previas y al menos con una inversión al doble de lo planeado por fin la refinería de Dos Bocas empezó a producir combustibles, según informa el gobierno.

De esta situación: el retraso de 26 meses, el encarecimiento de por lo menos 8 mil millones de dólares y las varias inauguraciones en falso puede sacar lecciones la gobernadora electa de Veracruz, Rocío Nahle.

El 9 de mayo de 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que en 2022 quedaría lista esa refinería.

“Vamos a iniciar esta obra el día dos de junio. Se van a crear cien mil empleos y va a estar terminada para mayo de 2022. Me canso ganso.

“Vamos a que nos cueste 160 mil millones de pesos (8 mil millones de dólares por esos días) en tres años, no más…”.

Nada de eso se cumplió. Ahora está claro que, como se le advirtió al Presidente, no se puede construir una refinería en el tiempo que dijo ni al costo que aseguró.

Sin embargo, en el país del no pasa nada, este fin de semana el Presidente, como es su costumbre, de todas formas presumió al destacar que se construyó en tiempo récord, “no se hace en tan poco tiempo en ningún país, no hay nada que se le parezca en cuento al tiempo de construcción, tampoco en cuanto al costo”.

Y el costo ahora se informa que es de 16 mil 816 millones de dólares y entregada dos años y dos meses después de lo que se comprometió, tras dos inauguraciones previas, como la del primero de julio de hace dos años, cuando fue cortado el listón inaugural pero de las oficinas.

Y ahora sí, se supone, la refinería está refinando y, entre otras cosas, el gobernador Cuitláhuac García puede mandar a colocar espectaculares a pie de carreteras para felicitar -¿de dientes para fuera?- a quien será su sucesora, como lo hizo desde la primera vez en que fueron inauguradas las instalaciones, pero cuando todavía no se refinaba nada.

Por qué se pregunta si esa felicitación fue de dientes, porque por un lado el Gobernador mandaba a colocar esos espectaculares y, por otro, permitía -¿y alentaba?- a sus cinco principales colaboradores para que le disputaran e impidieran a la entonces secretaria de Energía ser la candidata a gobernadora, siendo que eso supuestamente ya estaba pactado y fuera de discusión.

Nahle, por lo demás, ahora sabe muy bien que es imposible entregar obras grandes en poco tiempo y a costos irreales.

Al menos que como gobernadora quiera andar anunciando e inaugurando falsamente, sin que las obras funcionen, evitará ese tipo de promesas.

TESTIMONIO DEL 68 y algunas reflexiones sobre la Universidad es el título del libro de Roberto Bravo Garzón que será presentado el 15 de agosto en el Museo de Antropología de Xalapa. Participarán, Martha Moreno Luce, Zaida Lladó y Ricardo Corzo.

Bravo Garzón, fallecido hace 12 años, fue un académico y político que, en el balance de su obra, sale bien evaluado. Controvertido como rector de la UV, no puede dejar de reconocerse que la Universidad es en parte lo que actualmente es por su rectorado y su figura crece si se le compara con rectores que han hecho de la inmovilidad su marca.

Dos años después de lo anunciado, tras dos inauguraciones previas y al menos con una inversión al doble de lo planeado por fin la refinería de Dos Bocas empezó a producir combustibles, según informa el gobierno.

De esta situación: el retraso de 26 meses, el encarecimiento de por lo menos 8 mil millones de dólares y las varias inauguraciones en falso puede sacar lecciones la gobernadora electa de Veracruz, Rocío Nahle.

El 9 de mayo de 2019 el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que en 2022 quedaría lista esa refinería.

“Vamos a iniciar esta obra el día dos de junio. Se van a crear cien mil empleos y va a estar terminada para mayo de 2022. Me canso ganso.

“Vamos a que nos cueste 160 mil millones de pesos (8 mil millones de dólares por esos días) en tres años, no más…”.

Nada de eso se cumplió. Ahora está claro que, como se le advirtió al Presidente, no se puede construir una refinería en el tiempo que dijo ni al costo que aseguró.

Sin embargo, en el país del no pasa nada, este fin de semana el Presidente, como es su costumbre, de todas formas presumió al destacar que se construyó en tiempo récord, “no se hace en tan poco tiempo en ningún país, no hay nada que se le parezca en cuento al tiempo de construcción, tampoco en cuanto al costo”.

Y el costo ahora se informa que es de 16 mil 816 millones de dólares y entregada dos años y dos meses después de lo que se comprometió, tras dos inauguraciones previas, como la del primero de julio de hace dos años, cuando fue cortado el listón inaugural pero de las oficinas.

Y ahora sí, se supone, la refinería está refinando y, entre otras cosas, el gobernador Cuitláhuac García puede mandar a colocar espectaculares a pie de carreteras para felicitar -¿de dientes para fuera?- a quien será su sucesora, como lo hizo desde la primera vez en que fueron inauguradas las instalaciones, pero cuando todavía no se refinaba nada.

Por qué se pregunta si esa felicitación fue de dientes, porque por un lado el Gobernador mandaba a colocar esos espectaculares y, por otro, permitía -¿y alentaba?- a sus cinco principales colaboradores para que le disputaran e impidieran a la entonces secretaria de Energía ser la candidata a gobernadora, siendo que eso supuestamente ya estaba pactado y fuera de discusión.

Nahle, por lo demás, ahora sabe muy bien que es imposible entregar obras grandes en poco tiempo y a costos irreales.

Al menos que como gobernadora quiera andar anunciando e inaugurando falsamente, sin que las obras funcionen, evitará ese tipo de promesas.

TESTIMONIO DEL 68 y algunas reflexiones sobre la Universidad es el título del libro de Roberto Bravo Garzón que será presentado el 15 de agosto en el Museo de Antropología de Xalapa. Participarán, Martha Moreno Luce, Zaida Lladó y Ricardo Corzo.

Bravo Garzón, fallecido hace 12 años, fue un académico y político que, en el balance de su obra, sale bien evaluado. Controvertido como rector de la UV, no puede dejar de reconocerse que la Universidad es en parte lo que actualmente es por su rectorado y su figura crece si se le compara con rectores que han hecho de la inmovilidad su marca.