/ domingo 1 de diciembre de 2024

El conformismo puede ser bueno en algunas ocasiones, pero en otras no

En México, la población está atravesando un proceso de transición de envejecimiento demográfico, conocido como que representa el incremento gradual en la población de personas de 60 años y más con respecto de la población total.

En el INEGI, de acuerdo con el censo de población del 2020,, la población de 65 años o más ascendió a 9, 763, 558, personas, cifra que representó el 7.7 % de la población total, no obstante, las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) indican que para el 2050 se espera que haya 24, 893, 097 personas de 65 años de edad o más, lo que constituirá el 16.5% de la población total. Esto sería más del doble; nos encontramos en un lapso de transición para ser un “país viejo”, con una población de avanzada en edad.

El gasto federal de pensiones, representa para las finanzas públicas una presión, por lo que enfatizó que el gran problema, a corto o mediano plazo, representa para el sistema fiscal mexicano todo un riesgo para la economía general del país. E, el gasto federal deen pensiones en 2024 sería alrededor de 6.1 del PIB, casi la mitad de la recaudación tributaria y, si a eso agregamos el servicio a la deuda pública, que más o menos debe andar entre 3.4% del PIB, sumariamos casi 9.5%, solo entre pensiones y servicio de deuda, sin contar el gasto corriente.

En este contexto, con respecto de las pensiones, logró descubrir un drama social actual y, observó que disminuyen los rebeldes mientras aumentan los conformistas. M, me parece que este fenómeno está relacionado con ciertos hábitos adquiridos en la infancia de una sociedad conformista. Si están surgiendo muchos hijos conformistas es porque también proliferan los adultos conformistas, aunque intuyo en ello como una evasión de problemas personales, es decir, buscar un escape de las situaciones que nos superan y esconder la cabeza. En cierta ocasión leí sobre la ideología conformista que propone adaptarse a lo que hay o a lo que me dan, lo que genera una actitud de pasividad y resignación. Si no se adaptan esto no ocurre, las personas pueden considerarse inadaptadas socialmente; me refiero a algunos adultos mayores que pudiendo trabajar porque su condición es todavía óptima física e intelectualmente, asumen una actitud de vivir solamente con lo que el gobierno les da y están en espera de haber cuando les toca recibir la pensión.

Vivimos en una época en la que se suele marginar a la persona inconformista mientras “se ensalza a los sumisos y, los resignados , que, lamento decir, son la masa que, con su pasividad, su modorra y falta de carácter, hacen lento el avance de las sociedades”. Por ello, la prevención de este problema requiere educar a los hijos en la cultura del esfuerzo, ello suele producir una mejor autoestima y un mejor concepto de uno mismo. La conformidad social es, en síntesis, una actitud sumisa de ir en contra del poder legalmente constituido. A, aclaro que esta actitud puede ser individual o colectiva y, se edifica sobre estructuras mentales de carácter complaciente; “el flojo mete la mano en el plato, pero le cansa llevarla a la boca” y es más se cree más sabio que los demás, “la puerta da vuelta sobre sus goznes, y el conformista sobre su lecho”. El conformismo puede ser bueno y satisfactorio en algunas ocasiones, pero no en otras; aceptar no es lo mismo que ser conformista.

En México, la población está atravesando un proceso de transición de envejecimiento demográfico, conocido como que representa el incremento gradual en la población de personas de 60 años y más con respecto de la población total.

En el INEGI, de acuerdo con el censo de población del 2020,, la población de 65 años o más ascendió a 9, 763, 558, personas, cifra que representó el 7.7 % de la población total, no obstante, las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO) indican que para el 2050 se espera que haya 24, 893, 097 personas de 65 años de edad o más, lo que constituirá el 16.5% de la población total. Esto sería más del doble; nos encontramos en un lapso de transición para ser un “país viejo”, con una población de avanzada en edad.

El gasto federal de pensiones, representa para las finanzas públicas una presión, por lo que enfatizó que el gran problema, a corto o mediano plazo, representa para el sistema fiscal mexicano todo un riesgo para la economía general del país. E, el gasto federal deen pensiones en 2024 sería alrededor de 6.1 del PIB, casi la mitad de la recaudación tributaria y, si a eso agregamos el servicio a la deuda pública, que más o menos debe andar entre 3.4% del PIB, sumariamos casi 9.5%, solo entre pensiones y servicio de deuda, sin contar el gasto corriente.

En este contexto, con respecto de las pensiones, logró descubrir un drama social actual y, observó que disminuyen los rebeldes mientras aumentan los conformistas. M, me parece que este fenómeno está relacionado con ciertos hábitos adquiridos en la infancia de una sociedad conformista. Si están surgiendo muchos hijos conformistas es porque también proliferan los adultos conformistas, aunque intuyo en ello como una evasión de problemas personales, es decir, buscar un escape de las situaciones que nos superan y esconder la cabeza. En cierta ocasión leí sobre la ideología conformista que propone adaptarse a lo que hay o a lo que me dan, lo que genera una actitud de pasividad y resignación. Si no se adaptan esto no ocurre, las personas pueden considerarse inadaptadas socialmente; me refiero a algunos adultos mayores que pudiendo trabajar porque su condición es todavía óptima física e intelectualmente, asumen una actitud de vivir solamente con lo que el gobierno les da y están en espera de haber cuando les toca recibir la pensión.

Vivimos en una época en la que se suele marginar a la persona inconformista mientras “se ensalza a los sumisos y, los resignados , que, lamento decir, son la masa que, con su pasividad, su modorra y falta de carácter, hacen lento el avance de las sociedades”. Por ello, la prevención de este problema requiere educar a los hijos en la cultura del esfuerzo, ello suele producir una mejor autoestima y un mejor concepto de uno mismo. La conformidad social es, en síntesis, una actitud sumisa de ir en contra del poder legalmente constituido. A, aclaro que esta actitud puede ser individual o colectiva y, se edifica sobre estructuras mentales de carácter complaciente; “el flojo mete la mano en el plato, pero le cansa llevarla a la boca” y es más se cree más sabio que los demás, “la puerta da vuelta sobre sus goznes, y el conformista sobre su lecho”. El conformismo puede ser bueno y satisfactorio en algunas ocasiones, pero no en otras; aceptar no es lo mismo que ser conformista.