/ viernes 11 de octubre de 2024

El Espectador / No habrá guerra, pero tienen que aplacar al menos a 43 grupos

La Estrategia Nacional de Seguridad, que llevarán a cabo las fuerzas del orden durante el gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, parte de un escenario en el que el 81 por ciento del territorio nacional está asediado por el crimen organizado, lo que pone en riesgo a casi el 90 por ciento de la población del país. Según informó esta misma semana el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, el plan es llevar a cabo una intervención para combatir delitos de alto impacto en los estados con mayor incidencia de actos violentos, llámense estos Sinaloa, Guanajuato, Baja California, Guerrero, Colima, Jalisco y Chihuahua.

Lo anterior significa que la SSyPC, la Sedena, la Semar y la Guardia Nacional tendrán que enfrentarse a, por lo menos, 43 diferentes organizaciones criminales, esto según la información de inteligencia. Por ejemplo, tan sólo en Guerrero, de la morenista Evelyn Salgado, hay 14 diferentes grupos altamente violentos que tendrán que ser combatidos para tratar de regresar la gobernabilidad.

En Sinaloa, de Rubén Rocha Moya, los cuerpos especiales de seguridad deberán concentrarse por supuesto en combatir la presencia del poderoso Cártel de Sinaloa, así como del denominado grupo de Los Chapitos; también está presente en esa plaza el grupo de los Beltrán Leyva. La cifra oficial de muertos por los enfrentamientos criminales en tan sólo el último mes, después de la detención de Ismael El Mayo Zambada, rebasa los 167.

En Guanajuato, que recientemente llegó a gobernar la panista Libia Dennise García, se concentran el Cártel Jalisco, el de Santa Rosa de Lima, Los Durango, La Unión de León, el Cártel Nueva Plaza, Los Viagras y Gente Nueva Salazar. La presencia de tantas organizaciones delictivas ha sido argumento clave para que el gobierno federal se haya empeñado en últimos días en señalarlo como el estado más peligroso, con el mayor número de homicidios y prevalencia de adicciones.

Colima, de la cuatroteísta Índira Vizcaino, encabeza la lista de entidades con más muertes dolosas por cada 100 mil habitantes, según las cifras presentadas por García Harfuch. Ahí operan organizaciones como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Exiliados o el Cártel Independiente de Colima. Mientras que en Baja California, de la también morenista Marina del Pilar, se ubica el segundo municipio más peligroso del mundo: Tijuana; ahí coexisten el Cártel de Sinaloa, el CJNG, Los Niños Serrano, Los Omegas y el Cártel de los Arellano Félix.

Por último, en Chihuahua, de Maru Campos, hay más de una docena de grupos criminales que atacar. En específico, hablamos de agrupaciones como los ya multicitados CJNG y Sinaloa, además del Cártel de Juárez, Cártel del Poniente, Artistas Asesinos (Doble A), Los Mexicles, Los Aztecas, Los Sureños 13, La Empresa y Gente del Valle, solo por mencionar algunos.

Apenas inicia el sexenio y muchos mexicanos tienen la esperanza de que Omar García Harfuch sí sea lo que sus propagandistas gritan.


La Estrategia Nacional de Seguridad, que llevarán a cabo las fuerzas del orden durante el gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, parte de un escenario en el que el 81 por ciento del territorio nacional está asediado por el crimen organizado, lo que pone en riesgo a casi el 90 por ciento de la población del país. Según informó esta misma semana el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, el plan es llevar a cabo una intervención para combatir delitos de alto impacto en los estados con mayor incidencia de actos violentos, llámense estos Sinaloa, Guanajuato, Baja California, Guerrero, Colima, Jalisco y Chihuahua.

Lo anterior significa que la SSyPC, la Sedena, la Semar y la Guardia Nacional tendrán que enfrentarse a, por lo menos, 43 diferentes organizaciones criminales, esto según la información de inteligencia. Por ejemplo, tan sólo en Guerrero, de la morenista Evelyn Salgado, hay 14 diferentes grupos altamente violentos que tendrán que ser combatidos para tratar de regresar la gobernabilidad.

En Sinaloa, de Rubén Rocha Moya, los cuerpos especiales de seguridad deberán concentrarse por supuesto en combatir la presencia del poderoso Cártel de Sinaloa, así como del denominado grupo de Los Chapitos; también está presente en esa plaza el grupo de los Beltrán Leyva. La cifra oficial de muertos por los enfrentamientos criminales en tan sólo el último mes, después de la detención de Ismael El Mayo Zambada, rebasa los 167.

En Guanajuato, que recientemente llegó a gobernar la panista Libia Dennise García, se concentran el Cártel Jalisco, el de Santa Rosa de Lima, Los Durango, La Unión de León, el Cártel Nueva Plaza, Los Viagras y Gente Nueva Salazar. La presencia de tantas organizaciones delictivas ha sido argumento clave para que el gobierno federal se haya empeñado en últimos días en señalarlo como el estado más peligroso, con el mayor número de homicidios y prevalencia de adicciones.

Colima, de la cuatroteísta Índira Vizcaino, encabeza la lista de entidades con más muertes dolosas por cada 100 mil habitantes, según las cifras presentadas por García Harfuch. Ahí operan organizaciones como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Exiliados o el Cártel Independiente de Colima. Mientras que en Baja California, de la también morenista Marina del Pilar, se ubica el segundo municipio más peligroso del mundo: Tijuana; ahí coexisten el Cártel de Sinaloa, el CJNG, Los Niños Serrano, Los Omegas y el Cártel de los Arellano Félix.

Por último, en Chihuahua, de Maru Campos, hay más de una docena de grupos criminales que atacar. En específico, hablamos de agrupaciones como los ya multicitados CJNG y Sinaloa, además del Cártel de Juárez, Cártel del Poniente, Artistas Asesinos (Doble A), Los Mexicles, Los Aztecas, Los Sureños 13, La Empresa y Gente del Valle, solo por mencionar algunos.

Apenas inicia el sexenio y muchos mexicanos tienen la esperanza de que Omar García Harfuch sí sea lo que sus propagandistas gritan.