/ domingo 11 de agosto de 2024

Esquemas económicos para el Veracruz de los próximos seis años

El próximo sexenio es un punto de inflexión para Veracruz, ya que será un sexenio con oportunidades históricas en materia de crecimiento económico, mismas que serán fundamentales aprovecharlas y optimizarlas, para que, de esta manera, se logre un crecimiento y desarrollo también histórico. Dentro de las varias opciones para acelerar el proceso, hay tres aspectos que se pueden aprovechar.

El primero obedece a la atracción de inversiones de alto impacto e integrales, esto con la idea de que dichas inversiones deben ser de carácter tanto nacional como internacional, estas deberán abonar a los catalizadores emergentes que tiene el Estado, los cuales son el transístmico y el nearshoring. Se estima que el potencial en inversión de estos dos aspectos podría propiciar un crecimiento de hasta un 8% en el PIBE de manera anual, por lo que, por efecto multiplicador, el PIBE se podría duplicar en alrededor de 14 años (esto tomando en consideración los rendimientos decrecientes a escala), lo que se traduciría que pasaría de 1.1 billones de pesos actuales a 2.2 billones de pesos, beneficiando enormemente al Estado, ya que aumentará el consumo, se reducirá la desigualdad, aumentará el ahorro nacional, generará un mayor ingreso público, y así un efecto dominó.

La instalación de empresas debe ser integral a dos cosas; la primera a las características económicas, sociales y demográficas de la región, y la segunda, a un eslabonamiento en la producción, así se reducirán costos, aumentará la producción y será más sostenible, sin contar la externalidad positiva que será la integración social al sector productivo de manera orgánica.

El segundo punto es sobre la creación de cadenas de valor interregional mediante la formación de cooperativas, teniendo una vinculación nacional e internacional, esto con la finalidad de que la producción tenga una homologación en parámetros de calidad, así como una escalabilidad, y la producción no se quede en términos de ferias regionales, sino en términos de exportación internacional mediante producción interregional de alto valor.

Un tercer punto es la integración de tres pilares; la academia, el gobierno y la empresa, esto ya que cada uno presenta una visión particular que aporta un beneficio en la curva de aprendizaje, es decir, la academia aporta un marco de teoría con base en estudios realizados, modelajes y simuladores, lo que permite una reducción sustancial en cometer errores, ya que aporta las cuestiones esenciales y precisas sobre el abordaje de cualquier tema, mientras que por parte del gobierno, está la aplicación y gestión de la visión, para así evitar los abusos y excesos, ya que con una regulación adecuada, así como con los estímulos acertados, se generan condiciones más óptimas para que florezca cualquier industria y sea competitiva, tanto a nivel nacional como internacional. Por último, la parte de la empresa es la ejecutora y quien tiene el margen de maniobra inmediato, por lo que su información y poder decisión, con base en la inmediatez y sustentada en las evaluaciones que otorga el conocimiento de la academia y la regulación e impulso adecuado por parte del gobierno, dan como resultado bienes y servicios demandados, de calidad y competitivos (siendo esto el principio del modelo de industria naciente, que para el caso de Veracruz será fundamental el saber “tropicalizarlo”, ya que será determinante en la exponenciabilidad del crecimiento económico del Estado).

Con estos aspectos, se podrá conseguir una disminución en la desigualdad, logrando que la reducción no sea seccionada, sino regional y generalizada, además con ello se aumentará el ingreso disponible, el nivel de especialización, la educación, el consumo y sus parámetros de acceso a la salud.

@EdgarSandovalP

Twitter-IG-TikTok

El próximo sexenio es un punto de inflexión para Veracruz, ya que será un sexenio con oportunidades históricas en materia de crecimiento económico, mismas que serán fundamentales aprovecharlas y optimizarlas, para que, de esta manera, se logre un crecimiento y desarrollo también histórico. Dentro de las varias opciones para acelerar el proceso, hay tres aspectos que se pueden aprovechar.

El primero obedece a la atracción de inversiones de alto impacto e integrales, esto con la idea de que dichas inversiones deben ser de carácter tanto nacional como internacional, estas deberán abonar a los catalizadores emergentes que tiene el Estado, los cuales son el transístmico y el nearshoring. Se estima que el potencial en inversión de estos dos aspectos podría propiciar un crecimiento de hasta un 8% en el PIBE de manera anual, por lo que, por efecto multiplicador, el PIBE se podría duplicar en alrededor de 14 años (esto tomando en consideración los rendimientos decrecientes a escala), lo que se traduciría que pasaría de 1.1 billones de pesos actuales a 2.2 billones de pesos, beneficiando enormemente al Estado, ya que aumentará el consumo, se reducirá la desigualdad, aumentará el ahorro nacional, generará un mayor ingreso público, y así un efecto dominó.

La instalación de empresas debe ser integral a dos cosas; la primera a las características económicas, sociales y demográficas de la región, y la segunda, a un eslabonamiento en la producción, así se reducirán costos, aumentará la producción y será más sostenible, sin contar la externalidad positiva que será la integración social al sector productivo de manera orgánica.

El segundo punto es sobre la creación de cadenas de valor interregional mediante la formación de cooperativas, teniendo una vinculación nacional e internacional, esto con la finalidad de que la producción tenga una homologación en parámetros de calidad, así como una escalabilidad, y la producción no se quede en términos de ferias regionales, sino en términos de exportación internacional mediante producción interregional de alto valor.

Un tercer punto es la integración de tres pilares; la academia, el gobierno y la empresa, esto ya que cada uno presenta una visión particular que aporta un beneficio en la curva de aprendizaje, es decir, la academia aporta un marco de teoría con base en estudios realizados, modelajes y simuladores, lo que permite una reducción sustancial en cometer errores, ya que aporta las cuestiones esenciales y precisas sobre el abordaje de cualquier tema, mientras que por parte del gobierno, está la aplicación y gestión de la visión, para así evitar los abusos y excesos, ya que con una regulación adecuada, así como con los estímulos acertados, se generan condiciones más óptimas para que florezca cualquier industria y sea competitiva, tanto a nivel nacional como internacional. Por último, la parte de la empresa es la ejecutora y quien tiene el margen de maniobra inmediato, por lo que su información y poder decisión, con base en la inmediatez y sustentada en las evaluaciones que otorga el conocimiento de la academia y la regulación e impulso adecuado por parte del gobierno, dan como resultado bienes y servicios demandados, de calidad y competitivos (siendo esto el principio del modelo de industria naciente, que para el caso de Veracruz será fundamental el saber “tropicalizarlo”, ya que será determinante en la exponenciabilidad del crecimiento económico del Estado).

Con estos aspectos, se podrá conseguir una disminución en la desigualdad, logrando que la reducción no sea seccionada, sino regional y generalizada, además con ello se aumentará el ingreso disponible, el nivel de especialización, la educación, el consumo y sus parámetros de acceso a la salud.

@EdgarSandovalP

Twitter-IG-TikTok