/ miércoles 25 de septiembre de 2024

Hacia el 2025

La gobernadora electa, Norma Rocío Nahle, enfrenta una paradoja para enfrentar el mayor reto de su vida y para ello la respalda una enorme legitimidad, fortalece su propio proyecto político y de trabajo, asumiendo sin descanso la responsabilidad que le toca en esta nueva administración, lo anterior para cumplir con las promesas de campaña y, sobre todo, trazar la ruta para los próximos años.

Lo que indica que seguramente en el corto y mediano plazos se verán resultados positivos lo cual será notable. Es hora de construir un entramado sólido, pero eso implica unidad, un gran esfuerzo y una poderosa estrategia.

Sin duda, la inclusión en su gabinete del alcalde Ricardo Ahued Bardahuil como secretario de Gobierno, empresario y político, eficiente operador el cual tiene su propia trayectoria con una diferente óptica que sostiene su línea de la moderación, que construye acuerdos y permite la gobernabilidad le dará a la próxima administración unidad y mayor porvenir para la mayoría de los veracruzanos.

Sabe hacer política hacia adentro y hacia afuera sin avasallar ni perder el equilibrio, la unidad ni el motivo que lo anima. Sin duda, la siguiente administración contará con dirección, inteligencia, equilibrio, unidad y energía para avanzar en el destino que se fijó.

El sentido común es útil para muchas cosas pero para otras es un desastre. Durante las celebraciones del vigésimo tercer aniversario de la Carta Democrática Interamericana y del Día Internacional de la Democracia, los Estados miembros de la OEA pusieron un énfasis especial en la importancia de contar con información con integridad y veracidad para poder construir sociedades más justas, participativas y transparentes. La desinformación se ha convertido en un peligroso cáncer para el tejido democrático.

Una de las formas esenciales de comunicar es con una narrativa. ¿Quiere usted que la gente no se acuerde de lo que está diciendo? Atibórrela de números, fechas y datos de lo más diverso y sin conexión.

¿Quiere que la gente entienda lo que le quiere decir y además lo internalice y lo recuerde?

Entonces narre. No tiene que escribir un cuento o una novela para hacerlo. Basta con que los hechos, datos, fechas, personajes y en general aquello que lo informa, tenga un sentido. Cuente una historia.

La rapidez con la que se difunden, a través de las redes, las noticias y la información ha transformado nuestra forma de comunicarnos y de comprender el mundo. Este torbellino de datos ha facilitado la expansión de contenidos engañosos y campañas de desinformación que socavan la confianza pública en las instituciones democráticas.

Bien lo sostiene el relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Pedro Vaca, la integridad de la información engloba el respeto inquebrantable por la verdad, el compromiso con la exactitud y la precisión, así como la imparcialidad y responsabilidad necesarias para garantizar una deliberación democrática que privilegia la información fiable.

La información tiene el poder de moldear el debate público, influir en la formulación de políticas, denunciar abusos y garantizar derechos.

Sin embargo, la integridad de la información se encuentra bajo la amenaza constante de la desinformación, comprometer la privacidad de las y los ciudadanos y afectar la integridad de los procesos electorales. El tiempo corre sin piedad.

Sin información íntegra y verídica no hay democracia posible.

Jean Paul Sartre, en su reflexión sobre la libertad, argumentaba que el tiempo es un recurso inseparable; una vez perdido, no puede ser recuperado.