/ sábado 24 de agosto de 2024

Innovación educativa

Jesús Deloya en Forbes México expone que: Actualmente, la sociedad y el mundo están sumergidos en un proceso muy acelerado de cambios e innovaciones y la educación se vuelve parte fundamental de toda esta transformación; según la Cumbre Mundial para la Innovación en la Educación (WISE por sus siglas en inglés), “los sistemas educativos de todo el mundo sufrirán grandes cambios con miras al 2030”, lo cual nos plantea el paradigma de los retos a los que deberá enfrentarse la instrucción en un plazo inmediato.

Para muchos, cuando se habla de innovación educativa se piensa en tecnología, en redes o sistemas sofisticados, sin embargo, esto no es del todo correcto, ya que esta procede desde los modelos educativos y didácticos de las instituciones, pasando por la formación docente y, finalmente, en una implementación que puede estar o no mediada por la tecnología.

Hay que tomar en cuenta que uno de los más recientes hitos en los sistemas educativos mundiales es la creación de centros de innovación educativa, cuyo objetivo es propiciar entre los docentes la transformación de su práctica. La emergencia de estos sitios es consecuencia de profundas tensiones que padece la educación en general.

Por lo cual se plantea una reflexión en la cual se revisen algunos hechos que son evidencia de tal crisis en algunos países de Latinoamérica incluyendo a México. ¿Cuál es el lugar que tiene la innovación educativa como solución a estas problemáticas y los retos que tendrán docentes, escuelas y centros de innovación para aportar a tal solución?

Ahora bien, ¿qué es la innovación educativa? La innovación educativa contempla diversos aspectos: didáctica, pedagogía, tecnología, procesos y personas. Una innovación educativa implica la implementación de un cambio significativo en el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Debe incorporar un cambio en los materiales, métodos, contenidos o en los contextos implicados en la enseñanza. La diferencia percibida debe estar relacionada con la calidad de novedad del elemento mejorado, la aportación de valor de este al proceso de enseñanza/aprendizaje y la relevancia que la innovación propuesta aportará a la institución educativa y a los grupos de interés.

Vamos más allá: La innovación educativa es el deseo y la acción que mueven a un profesor, a una profesora, o colectivo de maestros y maestras a intentar realizar mejoras en su práctica profesional con la finalidad de conseguir la mejor y más amplia educación para alumnos y alumnas, expone Belén Hernández Zapata en ¿Podemos hablar de innovación educativa? El deseo de hacer mejor las cosas y de cambiar el sistema educativo y si se comienza a trabajar en ello, se obtendrá como finalidad la innovación educativa y el desarrollo y crecimiento del alumnado y de sus procesos de enseñanza/aprendizaje.

A este desafío se pueden sumar algunas acciones si se considera que un alto porcentaje de los maestros sigue utilizando metodologías tradicionales de enseñanza. De tal manera, el reto es impulsar nuevas estrategias que permitan en este siglo XXI el desarrollo de competencias en los estudiantes, tales como trabajo colaborativo, pensamiento crítico, toma de decisiones y desarrollo de proyectos, entre otros.

Al analizar el caso de México, la Nueva Escuela Mexicana apunta que “Una de las principales áreas de cambio en la nueva escuela mexicana es la revisión y actualización de los programas de estudio, se busca adaptar los contenidos a las necesidades y demandas del siglo XXI”. “Otro aspecto fundamental es la promoción de la inclusión educativa.

Se busca garantizar el derecho de todos los estudiantes a recibir una educación de calidad, sin importar su condición social, económica o discapacidad”. “La tecnología también juega un papel importante en la nueva escuela mexicana. Se reconoce el potencial de la tecnología como una herramienta para mejorar el procesos de enseñanza/aprendizaje y fomentar la creatividad y el pensamiento”.

Ferley Ortiz Morales en “Los retos de las innovaciones educativas hoy: los docentes, las escuelas y los centros de innovación”, señala que: La transformación de la educación es un asunto de suma importancia para superar la deshumanización que experimenta actualmente la sociedad. Por eso es esencial pensar acciones articuladas y multinivel de reflexión, cambio e incidencia directa en la motivación por aprender que deben tener los estudiantes, a través de un ejercicio pedagógico riguroso, intencionado y centrado en ellos -no en las disciplinas-, pasando por la flexibilización de la escuela y con la ayuda de sitios creados específicamente para pensar las cuestiones educativas fuera de las instituciones, como lo son los centros de innovación.

Lo que se argumenta y promueve es la importancia de ver la innovación educativa como una respuesta a esta crisis, como actitud de oposición al inmovilismo que se asume ante los problemas y deficiencias que se detectan -en cada momento histórico- en los centros escolares, en la práctica de las aulas y en la política educativa.

En cuanto a los docentes, se insiste en la necesidad de construir autoconfianza, abrirse a explorar con otros y generar comunidad, además de mantener la pregunta por el sentido de lo que aprenden los estudiantes. Al tiempo, se insta a las escuelas a evaluar cómo sus valores institucionales cobran vida más allá de lo señalado en distintos documentos, a mirar con desconfianza lo que se hace por tradición sin ser objeto de reflexión de la comunidad, a buscar articular antes que sobrecargar, promoviendo la continuidad en los proyectos, y a que los procedimientos para desarrollar actividades no vayan en contra de las ganancias que supone una pronta ejecución.

Necesitamos una escuela que se preocupe por generar respeto a la diversidad y procure una cultura de la innovación sólida y robustecida, no impuesta. Por último, los desafíos de los centros de innovación incluyen ser íconos culturales para los docentes, de tal manera que ellos se proyectan como lugares que permitan salir de la rutina y fomentar inspiración. Para eso es importante desarrollar por lo menos cuatro estrategias: Una financiera y de sostenibilidad; una de contenido o pedagógica; una administrativa o de estructura organizacional; y una de divulgación y comunicación, concluye Ferley Ortiz Morales.

A manera de cierre cito los retos de la Nueva Escuela Mexicana: A pesar de la implementación de la innovación educativa en México, todavía tiene desafíos importantes que enfrentar. Estos desafíos van desde las barreras institucionales y culturales hasta la falta de recursos y la necesidad de una formación docente adecuada.

Es necesario asegurar una formación docente de calidad que prepare a los maestros para implementar las nuevas prácticas educativas. Es preciso que los docentes estén familiarizados con las nuevas metodologías de enseñanza y tengan la capacidad de adaptarse a los cambios… Además, es fundamental promover una cultura de la innovación y el aprendizaje entre los docentes, brindando espacios de colaboración sobre las prácticas escolares. Otro desafío importante es garantizar una infraestructura adecuada y recursos suficientes para implementar la innovación educativa. Es necesario contar con aulas equipadas con tecnología, acceso a internet y recursos educativos actualizados y de calidad. Entre otros retos.

“La innovación es un proceso cultural con ritmos y formas de implicación diferentes, por lo que no se puede reducir a una acción puntual” (Martínez. Bonafé). Es un hecho progresivo y constante, decía Paulo Freire que somos andando, pues eso, comencemos a andar.

Jesús Deloya en Forbes México expone que: Actualmente, la sociedad y el mundo están sumergidos en un proceso muy acelerado de cambios e innovaciones y la educación se vuelve parte fundamental de toda esta transformación; según la Cumbre Mundial para la Innovación en la Educación (WISE por sus siglas en inglés), “los sistemas educativos de todo el mundo sufrirán grandes cambios con miras al 2030”, lo cual nos plantea el paradigma de los retos a los que deberá enfrentarse la instrucción en un plazo inmediato.

Para muchos, cuando se habla de innovación educativa se piensa en tecnología, en redes o sistemas sofisticados, sin embargo, esto no es del todo correcto, ya que esta procede desde los modelos educativos y didácticos de las instituciones, pasando por la formación docente y, finalmente, en una implementación que puede estar o no mediada por la tecnología.

Hay que tomar en cuenta que uno de los más recientes hitos en los sistemas educativos mundiales es la creación de centros de innovación educativa, cuyo objetivo es propiciar entre los docentes la transformación de su práctica. La emergencia de estos sitios es consecuencia de profundas tensiones que padece la educación en general.

Por lo cual se plantea una reflexión en la cual se revisen algunos hechos que son evidencia de tal crisis en algunos países de Latinoamérica incluyendo a México. ¿Cuál es el lugar que tiene la innovación educativa como solución a estas problemáticas y los retos que tendrán docentes, escuelas y centros de innovación para aportar a tal solución?

Ahora bien, ¿qué es la innovación educativa? La innovación educativa contempla diversos aspectos: didáctica, pedagogía, tecnología, procesos y personas. Una innovación educativa implica la implementación de un cambio significativo en el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Debe incorporar un cambio en los materiales, métodos, contenidos o en los contextos implicados en la enseñanza. La diferencia percibida debe estar relacionada con la calidad de novedad del elemento mejorado, la aportación de valor de este al proceso de enseñanza/aprendizaje y la relevancia que la innovación propuesta aportará a la institución educativa y a los grupos de interés.

Vamos más allá: La innovación educativa es el deseo y la acción que mueven a un profesor, a una profesora, o colectivo de maestros y maestras a intentar realizar mejoras en su práctica profesional con la finalidad de conseguir la mejor y más amplia educación para alumnos y alumnas, expone Belén Hernández Zapata en ¿Podemos hablar de innovación educativa? El deseo de hacer mejor las cosas y de cambiar el sistema educativo y si se comienza a trabajar en ello, se obtendrá como finalidad la innovación educativa y el desarrollo y crecimiento del alumnado y de sus procesos de enseñanza/aprendizaje.

A este desafío se pueden sumar algunas acciones si se considera que un alto porcentaje de los maestros sigue utilizando metodologías tradicionales de enseñanza. De tal manera, el reto es impulsar nuevas estrategias que permitan en este siglo XXI el desarrollo de competencias en los estudiantes, tales como trabajo colaborativo, pensamiento crítico, toma de decisiones y desarrollo de proyectos, entre otros.

Al analizar el caso de México, la Nueva Escuela Mexicana apunta que “Una de las principales áreas de cambio en la nueva escuela mexicana es la revisión y actualización de los programas de estudio, se busca adaptar los contenidos a las necesidades y demandas del siglo XXI”. “Otro aspecto fundamental es la promoción de la inclusión educativa.

Se busca garantizar el derecho de todos los estudiantes a recibir una educación de calidad, sin importar su condición social, económica o discapacidad”. “La tecnología también juega un papel importante en la nueva escuela mexicana. Se reconoce el potencial de la tecnología como una herramienta para mejorar el procesos de enseñanza/aprendizaje y fomentar la creatividad y el pensamiento”.

Ferley Ortiz Morales en “Los retos de las innovaciones educativas hoy: los docentes, las escuelas y los centros de innovación”, señala que: La transformación de la educación es un asunto de suma importancia para superar la deshumanización que experimenta actualmente la sociedad. Por eso es esencial pensar acciones articuladas y multinivel de reflexión, cambio e incidencia directa en la motivación por aprender que deben tener los estudiantes, a través de un ejercicio pedagógico riguroso, intencionado y centrado en ellos -no en las disciplinas-, pasando por la flexibilización de la escuela y con la ayuda de sitios creados específicamente para pensar las cuestiones educativas fuera de las instituciones, como lo son los centros de innovación.

Lo que se argumenta y promueve es la importancia de ver la innovación educativa como una respuesta a esta crisis, como actitud de oposición al inmovilismo que se asume ante los problemas y deficiencias que se detectan -en cada momento histórico- en los centros escolares, en la práctica de las aulas y en la política educativa.

En cuanto a los docentes, se insiste en la necesidad de construir autoconfianza, abrirse a explorar con otros y generar comunidad, además de mantener la pregunta por el sentido de lo que aprenden los estudiantes. Al tiempo, se insta a las escuelas a evaluar cómo sus valores institucionales cobran vida más allá de lo señalado en distintos documentos, a mirar con desconfianza lo que se hace por tradición sin ser objeto de reflexión de la comunidad, a buscar articular antes que sobrecargar, promoviendo la continuidad en los proyectos, y a que los procedimientos para desarrollar actividades no vayan en contra de las ganancias que supone una pronta ejecución.

Necesitamos una escuela que se preocupe por generar respeto a la diversidad y procure una cultura de la innovación sólida y robustecida, no impuesta. Por último, los desafíos de los centros de innovación incluyen ser íconos culturales para los docentes, de tal manera que ellos se proyectan como lugares que permitan salir de la rutina y fomentar inspiración. Para eso es importante desarrollar por lo menos cuatro estrategias: Una financiera y de sostenibilidad; una de contenido o pedagógica; una administrativa o de estructura organizacional; y una de divulgación y comunicación, concluye Ferley Ortiz Morales.

A manera de cierre cito los retos de la Nueva Escuela Mexicana: A pesar de la implementación de la innovación educativa en México, todavía tiene desafíos importantes que enfrentar. Estos desafíos van desde las barreras institucionales y culturales hasta la falta de recursos y la necesidad de una formación docente adecuada.

Es necesario asegurar una formación docente de calidad que prepare a los maestros para implementar las nuevas prácticas educativas. Es preciso que los docentes estén familiarizados con las nuevas metodologías de enseñanza y tengan la capacidad de adaptarse a los cambios… Además, es fundamental promover una cultura de la innovación y el aprendizaje entre los docentes, brindando espacios de colaboración sobre las prácticas escolares. Otro desafío importante es garantizar una infraestructura adecuada y recursos suficientes para implementar la innovación educativa. Es necesario contar con aulas equipadas con tecnología, acceso a internet y recursos educativos actualizados y de calidad. Entre otros retos.

“La innovación es un proceso cultural con ritmos y formas de implicación diferentes, por lo que no se puede reducir a una acción puntual” (Martínez. Bonafé). Es un hecho progresivo y constante, decía Paulo Freire que somos andando, pues eso, comencemos a andar.