/ domingo 15 de septiembre de 2024

La competencia está arreciando

El valor instrumental de algo, se encuentra en el costo y beneficio que aporta a las sociedades, a los intereses industriales, de producción en lo general, de distribución y vías de comunicación para transportar mercancías y mantener un ciclo económico vigente; así como los empresarios, y en especial los revendedores que sostendrán su economía de ser zánganos de un sistema poco integrador de los precios finales al consumidor primario o básico.

Rusia y China se han descubierto, han “develado con grande apertura su alianza viva y en exceso fuerte”, e incluso ya hubo un llamamiento a los EU de mantenerse al margen de los países de América Latina en sus libertades económicas, en términos políticos es tanto como entrarle al toro de lleno para enfrentarlo e incluso desafiarlo en lo que ha considerado como “su propio terreno”. La historia habla por sí misma, y el tiempo del híper crecimiento de las economías globales ha ascendido al cosmos de tener que sentarse a la mesa de los deberes, pactos, entendimientos, y para ello China es una mediadora elocuente y muy eficiente; pero también recordemos que el pastel es uno solo, eso sí es enorme y en teoría debe alcanzar para todos los involucrados, las carreras tecnológicas serán las de mayor demanda, programadores, ingenieros, científicos, inventores, diseñadores, y todos aquellos que tengan que ver con la producción a una gran escala, además de un requerimiento indispensable, ustedes habrán de pensar en el agua, pues no es así, ya que la próxima sequía que se avecina es la de la energía eléctrica, y a vía de ejemplo España ha tenido varios problemas con sus reactores nucleares en cuanto a su enfriamiento y han debido pararlos en cortes escalonados e incluso urgentes. En nuestro caso tenemos una mucho mayor capacidad instalada de producción eléctrica, lo cual nos favorece, pero al mismo tiempo nos reta a elevar la producción de la energía con miras a recibir en lo sucesivo grandes industrias manufactureras, del acero, del ensamblaje de automotores, y también al mismo tiempo destrabar los candados a la inversión extranjera, ante el excesivo proteccionismo que corroe el avance de la planta industrial nacional.

México habrá de continuar avanzando con todos nosotros, está dicho y más que confirmado que el presidente Obrador ha cumplido su palabra en el sentido de que él no venía a administrar la República, él llegó a transformar a la misma. Hoy sabemos que algunas empresas coludidas o puestas de acuerdo igual que mujeres chismosas, se ponían de acuerdo para encarecer varios de los productos que nos resultan necesarios para nuestra vida cotidiana, habría que darle una muy exhaustiva revisada a las instituciones bancarias, a la industria farmacéutica en lo general; ya pasó en EU, un par de innovadores científicos inventaron un medicamento demasiado útil contra el cáncer, lo vendían a un dólar la caja con una treintena de pastillas, pero llegó el lobo hambriento, y les hizo una propuesta desproporcionada por la patente, se habla de unos 30 millones de dólares, a lo cual vendieron su patente y por consiguiente los derechos de comercialización; a la postre la caja de tal medicamento el “capitalista” muerto de hambre la subió de precio hasta llegar a costar cada caja mil dólares. El caso fue llevado a la corte de justicia en EU, pero el resultado final lo ganó el hampón, salió riéndose como loco de los tribunales, mientras la gente lo abucheaba, y dijo lo siguiente: “No se preocupen que si puedo elevar cada caja del medicamento al doble de su precio actual, lo haré sin ningún remordimiento”.

Esa es la competencia que nos concierne, usar la ciencia y tecnología para el avance de los pueblos, sembrar honor adonde solo hay deshonra, generar empleos donde no existe fuente alguna de trabajo, distribuir la riqueza nacional, las oportunidades, consolidar a México como el polo de desarrollo industrial y tecnológico que nos merecemos en el ámbito internacional.


El valor instrumental de algo, se encuentra en el costo y beneficio que aporta a las sociedades, a los intereses industriales, de producción en lo general, de distribución y vías de comunicación para transportar mercancías y mantener un ciclo económico vigente; así como los empresarios, y en especial los revendedores que sostendrán su economía de ser zánganos de un sistema poco integrador de los precios finales al consumidor primario o básico.

Rusia y China se han descubierto, han “develado con grande apertura su alianza viva y en exceso fuerte”, e incluso ya hubo un llamamiento a los EU de mantenerse al margen de los países de América Latina en sus libertades económicas, en términos políticos es tanto como entrarle al toro de lleno para enfrentarlo e incluso desafiarlo en lo que ha considerado como “su propio terreno”. La historia habla por sí misma, y el tiempo del híper crecimiento de las economías globales ha ascendido al cosmos de tener que sentarse a la mesa de los deberes, pactos, entendimientos, y para ello China es una mediadora elocuente y muy eficiente; pero también recordemos que el pastel es uno solo, eso sí es enorme y en teoría debe alcanzar para todos los involucrados, las carreras tecnológicas serán las de mayor demanda, programadores, ingenieros, científicos, inventores, diseñadores, y todos aquellos que tengan que ver con la producción a una gran escala, además de un requerimiento indispensable, ustedes habrán de pensar en el agua, pues no es así, ya que la próxima sequía que se avecina es la de la energía eléctrica, y a vía de ejemplo España ha tenido varios problemas con sus reactores nucleares en cuanto a su enfriamiento y han debido pararlos en cortes escalonados e incluso urgentes. En nuestro caso tenemos una mucho mayor capacidad instalada de producción eléctrica, lo cual nos favorece, pero al mismo tiempo nos reta a elevar la producción de la energía con miras a recibir en lo sucesivo grandes industrias manufactureras, del acero, del ensamblaje de automotores, y también al mismo tiempo destrabar los candados a la inversión extranjera, ante el excesivo proteccionismo que corroe el avance de la planta industrial nacional.

México habrá de continuar avanzando con todos nosotros, está dicho y más que confirmado que el presidente Obrador ha cumplido su palabra en el sentido de que él no venía a administrar la República, él llegó a transformar a la misma. Hoy sabemos que algunas empresas coludidas o puestas de acuerdo igual que mujeres chismosas, se ponían de acuerdo para encarecer varios de los productos que nos resultan necesarios para nuestra vida cotidiana, habría que darle una muy exhaustiva revisada a las instituciones bancarias, a la industria farmacéutica en lo general; ya pasó en EU, un par de innovadores científicos inventaron un medicamento demasiado útil contra el cáncer, lo vendían a un dólar la caja con una treintena de pastillas, pero llegó el lobo hambriento, y les hizo una propuesta desproporcionada por la patente, se habla de unos 30 millones de dólares, a lo cual vendieron su patente y por consiguiente los derechos de comercialización; a la postre la caja de tal medicamento el “capitalista” muerto de hambre la subió de precio hasta llegar a costar cada caja mil dólares. El caso fue llevado a la corte de justicia en EU, pero el resultado final lo ganó el hampón, salió riéndose como loco de los tribunales, mientras la gente lo abucheaba, y dijo lo siguiente: “No se preocupen que si puedo elevar cada caja del medicamento al doble de su precio actual, lo haré sin ningún remordimiento”.

Esa es la competencia que nos concierne, usar la ciencia y tecnología para el avance de los pueblos, sembrar honor adonde solo hay deshonra, generar empleos donde no existe fuente alguna de trabajo, distribuir la riqueza nacional, las oportunidades, consolidar a México como el polo de desarrollo industrial y tecnológico que nos merecemos en el ámbito internacional.