/ domingo 17 de junio de 2018

La Villa Rica de la Vera Cruz

Siempre es conveniente conocer o recordar pasajes de la historia. Muchos de ellos a veces escapan a nuestra mente, aún de los cercanos en la geografía. Y aunque no hay obligación para nadie de conocerlo todo, ciertos hechos vale la pena traerlos a la memoria para afirmación de nosotros mismos.

Así, en lo que concierne a la conquista y colonización europea de lo que ahora es México, sabemos que las fuerzas invasoras llegaron a la parte continental por donde ahora es el puerto de Veracruz. Hernán Cortés lo dice en sus Cartas de Relación: “Por la tarde del jueves Santo, 20 de abril del año de 1519, llegamos finalmente al islote de San Juan de Ulúa y anclamos en el punto que mayor protección ofrece contra los nortes que soplan por esa costa”.

Cuenta Cortés que en esa expedición venía como jefe de pilotos Antón de Alaminos, quien había viajado antes a estas costas con Cristóbal Colón y después con Hernández de Córdoba y con Grijalba. Se refiere también a la comunicación con los pobladores nativos, dice que el problema de la traducción se los resolvió Malintzin, mujer indígena que venía con ellos desde Tabasco, quien dominaba el maya y el náhuatl. Todo aquello que les decían en náhuatl ella se lo comunicaba a Jerónimo de Aguilar en maya y éste a Cortés en español. Hay que recordar que Aguilar había quedado en Yucatán de una expedición anterior y ahí se sumó a la encabezada por Cortés.

El primer acto político que se atribuye a Hernán Cortés al llegar al islote de San Juan de Ulúa fue el establecimiento del Ayuntamiento de la Villa Rica de la Vera Cruz, el 3 de mayo de 1519, por medio del cual él es nombrado justicia mayor y capitán general, dándose de esta forma los cimientos de la conquista de estos territorios. Lo que no es común recordar es que, de acuerdo con las crónicas escritas en relación a estos hechos, la Villa Rica de la Vera Cruz tuvo asiento en cuatro lugares que a continuación se describen.

Originalmente se situó frente a la isla de San Juan de Ulúa, en los arenales. Estuvo ahí de abril a junio de 1519. Debido al acoso de mosquitos y a que no era bueno el ambiente para estar en ese lugar, Alaminos localizó un nuevo asentamiento 50 kilómetros al norte, el cual se conoce como Quiahuiztlan y ahí se estableció Cortés. Se dice que en este segundo lugar es donde quemó sus naves, lo cual no es literal, sino que se refiere a que las desmantelaron y hundieron para protegerlas y utilizarlas posteriormente.

En Quiahuiztlan, la Villa Rica permaneció seis años y medio, pero se decidió acercarla más a San Juan de Ulúa porque ese lugar no sirvió como puerto por su poca profundidad. De esta manera, la tercera sede se estableció a sólo 28 kilómetros, a las orillas del río Huizilapan, que ahora se le conoce como La Antigua. En este otro sitio permaneció prácticamente todo el siglo XVI. Es en este lugar donde hasta la fecha se encuentra lo que se llama La Casa de Cortés. En 1599, el rey Felipe II ordenó el traslado de la Villa Rica de la Vera Cruz a su lugar original frente a San Juan de Ulúa. A dicha orden se dio cabal cumplimiento el 7 de marzo de 1601.

Considero es historia que mucho nos interesa a todos los veracruzanos de hoy. Esa es la razón de este breve apunte para los lectores del Vocero de la Provincia.