/ jueves 4 de julio de 2024

Lluvias y desastres naturales

Una de las prácticas que más ayudan a prevenir y atender las emergencias ocasionadas por fenómenos atmosféricos como el viento y la lluvia son la educación y la mejora de la cultura de protección civil en la familia y en la escuela, así como en los distintos centros de trabajo.

Estas tareas deben ser coordinadas por las instituciones que se especializan en la meteorología y protección civil, para lo cual es necesario que el gobierno las dote de los recursos científicos, tecnológicos, materiales y humanos indispensables. Lamentablemente, en México la Conagua, el Servicio Meteorológico Nacional y el Conahcyt, entre otras instituciones, se han considerado poco útiles para los actuales políticos.

Los recortes presupuestales han afectado las estaciones meteorológicas, pluviométricas y en general los equipos científicos y técnicos para alertar, registrar y evaluar la intensidad de los vientos, las lluvias y evolución de los huracanes. En la práctica es preferible atender los reportes del National Hurricane Center y Central Pacific Hurricane Center o los boletines para los pilotos (notam) de la Federal Aviation Administration de los Estados Unidos.

El actual gobierno cree que la austeridad republicana es dejar sin recursos a instituciones y programas de prevención y atención de desastres naturales a cambio de derrochar recursos en corrupción de toda clase de ocurrencias e improvisaciones. Es como si un padre de familia no guarda recursos ni se prepara para posibles imprevistos como enfermedades, accidentes o la vejez y se la pasa todo el tiempo gastando en cervezas y gustos para quedar bien con los amigos y la familia.

La temporada de huracanes en el Atlántico, en el hemisferio norte, empieza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre. Al momento de escribir se espera el impacto en la península de Yucatán y en el Golfo de México de Beryl, que es un ciclón categoría 4. Cada año se dan nombres masculinos o femeninos y en orden alfabético a los potenciales fenómenos atmosféricos.

Así como se necesita que existan los bomberos bien equipados para cuando se ofrezca, también es necesario prever las inundaciones, deslaves y derrumbes que ocasiona el exceso de agua con instituciones sólidas. Este gobierno, por el contrario, en lugar de mejorar a los cuerpos de emergencia y fortalecer los ahorros para atender emergencias, eliminó el Fonden (Fondo Nacional para la Atención de Desastres Naturales) y ha reducido los presupuestos a dependencias importantes, como a la Comisión Nacional del Agua.

Lo anterior es como si, en lugar de pagar un seguro para el automóvil se gasta el dinero en adornos innecesarios, creyendo que nunca va a pasar algo. Si el gobierno escuchara a los expertos sabría que los fenómenos meteorológicos se pueden presentar en cualquier momento y para ello hay que estar preparados. La improvisación es una forma de corrupción y por tratarse de vidas humanas, no debería escatimarse en prevención.

X: @basiliodelavega

Una de las prácticas que más ayudan a prevenir y atender las emergencias ocasionadas por fenómenos atmosféricos como el viento y la lluvia son la educación y la mejora de la cultura de protección civil en la familia y en la escuela, así como en los distintos centros de trabajo.

Estas tareas deben ser coordinadas por las instituciones que se especializan en la meteorología y protección civil, para lo cual es necesario que el gobierno las dote de los recursos científicos, tecnológicos, materiales y humanos indispensables. Lamentablemente, en México la Conagua, el Servicio Meteorológico Nacional y el Conahcyt, entre otras instituciones, se han considerado poco útiles para los actuales políticos.

Los recortes presupuestales han afectado las estaciones meteorológicas, pluviométricas y en general los equipos científicos y técnicos para alertar, registrar y evaluar la intensidad de los vientos, las lluvias y evolución de los huracanes. En la práctica es preferible atender los reportes del National Hurricane Center y Central Pacific Hurricane Center o los boletines para los pilotos (notam) de la Federal Aviation Administration de los Estados Unidos.

El actual gobierno cree que la austeridad republicana es dejar sin recursos a instituciones y programas de prevención y atención de desastres naturales a cambio de derrochar recursos en corrupción de toda clase de ocurrencias e improvisaciones. Es como si un padre de familia no guarda recursos ni se prepara para posibles imprevistos como enfermedades, accidentes o la vejez y se la pasa todo el tiempo gastando en cervezas y gustos para quedar bien con los amigos y la familia.

La temporada de huracanes en el Atlántico, en el hemisferio norte, empieza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre. Al momento de escribir se espera el impacto en la península de Yucatán y en el Golfo de México de Beryl, que es un ciclón categoría 4. Cada año se dan nombres masculinos o femeninos y en orden alfabético a los potenciales fenómenos atmosféricos.

Así como se necesita que existan los bomberos bien equipados para cuando se ofrezca, también es necesario prever las inundaciones, deslaves y derrumbes que ocasiona el exceso de agua con instituciones sólidas. Este gobierno, por el contrario, en lugar de mejorar a los cuerpos de emergencia y fortalecer los ahorros para atender emergencias, eliminó el Fonden (Fondo Nacional para la Atención de Desastres Naturales) y ha reducido los presupuestos a dependencias importantes, como a la Comisión Nacional del Agua.

Lo anterior es como si, en lugar de pagar un seguro para el automóvil se gasta el dinero en adornos innecesarios, creyendo que nunca va a pasar algo. Si el gobierno escuchara a los expertos sabría que los fenómenos meteorológicos se pueden presentar en cualquier momento y para ello hay que estar preparados. La improvisación es una forma de corrupción y por tratarse de vidas humanas, no debería escatimarse en prevención.

X: @basiliodelavega

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