En cada visita que hace el presidente a la provincia, el programa es el mismo, incluye en primer lugar el “abucheo de rigor” al gobernador anfitrión, quien por el simple hecho de haber sido abanderado de un partido político opositor al nuevo partido oficial, no es bienvenido a los mítines del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El griterío de quienes asisten a vitorear al Presidente se vuelve estruendoso, ofensivo y grotesco en contra del gobernador anfitrión, a quien no le permiten el uso del micrófono, porque sencillamente el abucheo es más ruidoso que la oratoria del mandatario local; lo curioso es que la repetición de la rechifla ha hecho que las mentadas de madre y las descalificaciones, se diluyan, sin lograr en la mayoría de los casos su objetivo, que es sacar de sus casillas a los gobernantes locales.
Pero la paciencia y la prudencia han llegado a su límite; y de los 16 mandatarios abucheados, el de Colima, José Ignacio Peralta ha sido el más ocurrente al proponer “que se desahogue esa parte del protocolo” para que al término de esa buena práctica parlamentaria, pudiera Peralta “hacer uso de la voz”. Como la rechifla continuó durante los dos minutos que el gobernador Ignacio Peralta permaneció en silencio, volvió a tomar el micrófono y con un sarcasmo expresó: “desahogado el punto de la orden del día del abucheo, sigo entonces con mi mensaje”, para entonces el presidente Lopez Obrador se mostraba inquieto y a disgusto por la ironía del gobernador de Colima.
Hay que ver en todas las visitas a los 16 estados de la República, que los gobernadores en su mayoría, han permanecido callados, aguantando las mentadas de madre, rechiflas e insultos, con excepción de las protestas que en su momento hicieron el gobernador Javier Corral de Chihuahua, Hector Astudillo de Guerrero, Claudia Pavlovich de Sonora y Alejandro Moreno de Campeche, quienes al parecer han decidido poner fin a esa provocación y mediante un “ya basta” que los dirigentes del Partido Morena deben entender, la ausencia de los Gobernadores podría ser la respuesta más eficaz a la burla de que son objeto.
Nadie quiere que esos actos políticos vayan a terminar como “El Rosario de Amozoc”, pues sí a la narcoviolencia, homicidios dolosos, feminicidios, violaciones y asaltos a mano armada; la responsabilidad sería de MORENA y los daños que se causen serán de incalculables proporciones.