La conformación del Estado mexicano a partir de tres poderes independientes -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- es una pieza clave de nuestra democracia. Esta división de poderes, propuesta por el célebre pensador Montesquieu, tiene como objetivo evitar la concentración excesiva de autoridad en una sola instancia, lo que podría conducir al abuso y el autoritarismo.
En mi calidad de legisladora federal, soy consciente de la función social que el Poder Legislativo desempeña en este esquema de pesos y contrapesos. Mi labor va más allá de la creación de leyes. Entiendo que soy un puente entre la ciudadanía y las autoridades de los tres órdenes de gobierno. Es mi deber escuchar atentamente las voces y demandas de los veracruzanos, y convertirlas en propuestas concretas que se traduzcan en mejoras tangibles para nuestras comunidades.
Es importante destacar que, a raíz de la reforma constitucional en materia de derechos humanos de 2011, el Poder Legislativo Federal en México ha experimentado una importante reconfiguración. Ahora, todos los derechos humanos contenidos en los tratados internacionales de los que México es parte, son de observancia obligatoria en nuestro país. Esto significa que, como legisladora, debo asegurarme de que las leyes que aprobemos estén plenamente alineadas con los estándares internacionales de derechos humanos.
A unos días del inicio de la próxima legislatura federal y el inicio de una nueva administración pública federal que será encabezada por primera vez por una mujer, debemos reconocer que a pesar de que se han roto muchos techos de cristal, aún hay vestigios machistas violentos que lastiman a las mexicanas. La igualdad de género es un pilar fundamental de nuestro sistema democrático, consagrado en los artículos 1° y 4° de nuestra Constitución. Como legisladora, he hecho de esta causa una de mis principales prioridades.
Reconozco que la plena igualdad de género aún es un desafío pendiente en nuestra sociedad. Como oposición, he participado activamente en la defensa de la división de poderes y la independencia de los órganos autónomos, rechazando todo intento de control por parte del Poder Ejecutivo. Esto se fundamenta en los principios de democracia, pluralismo político y Estado de Derecho consagrados en los artículos 39, 40 y 41 de la Constitución.
Convencida de que el equilibrio entre los poderes públicos es la mejor garantía para preservar nuestras libertades y derechos, he promovido y participado en acciones legislativas encaminadas a fortalecer la autonomía del Poder Legislativo frente a los abusos y la concentración del poder. He denunciado enérgicamente todo intento de menoscabar a los poderes públicos, a las instituciones democráticas.
Asimismo, he planteado la exigencia de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos actúe de forma independiente y que se respete la autonomía del Instituto Nacional Electoral y la independencia absoluta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por lo que he rechazado cualquier acción gubernamental que pretenda socavar su autonomía, como la delirante iniciativa de reforma judicial que pretende derrumbar al sistema de justicia con la elección directa de jueces, magistrados y ministros.
Con el honor de haber sido reelecta, renuevo mi compromiso de continuar defendiendo las causas sociales de todos los veracruzanos y la defensa de la República. Mi oficina seguirá siendo una ventanilla universal de gestión para jóvenes, estudiantes, maestros, obreros, campesinos, artesanos, colegios de profesionistas, mujeres, habitantes de comunidades rurales, colectivos artísticos, productores, comerciantes, grupos vulnerables y, en general, para todas las expresiones de nuestra diversa y vibrante sociedad veracruzana.
X: @lorenapignon_
Diputada federal. PRI