La queja recurrente de quienes han superado el Covid-19 se expresa culpando al estrés de adicciones adquiridas durante el encierro prolongado que han tenido que guardar.
Haciendo a un lado las prácticas para ejercitarse y contrariamente a ello han recurrido a las drogas y al alcohol, en vez de estrechar el contacto con la familia y los amigos para permanecer saludable y valorar la sobrevivencia.
El aislamiento social generado por temor a contraer el Covid-19 ha impactado la salud mental desde que en el mes de marzo del año 2020 se tuvo conocimiento en México del coronavirus y su expansión apresurada por todo el mundo, que llevó y sigue llevando a miles de personas a la muerte y en algunos casos, según doctores, a transtornos patológicos o mentales, acompañados de un estado de ansiedad que alteró la vida de muchas ciudades y familias en lo particular. En la obra escrita por el doctor Nerio Rojas, sobre la medicina legal, se abordan temas sobre la traumatología forense y la legislación penal aplicable a la definición y sanciones sobre la emoción violenta y lesiones leves, graves y “gravísimas”. Esas reglas que define el doctor Nerio Rojas, bien podrían retomarse ahora en situaciones donde aparece con frecuencia la “emoción violenta”, incontrolable en muchas personas, sin importar los estratos sociales en donde se ubican y sin considerar excluyentes de criminalidad por la edad, lugar habitual de residencia o trabajo, para lo cual no resulta admisible alguna circunstancia excusable para el sujeto activo de esa conducta ilícita. La post pandemia, han dicho los estudiosos de la psiquiatría y la epidemiología, es el conjunto de trastornos de ansiedad, estrés y depresión, que han aparecido como consecuencias de la pandemia del Covid-19, asociadas al aislamiento de la comunidad.
Revisar el catálogo de leyes penales vigentes no será suficiente para el tratamiento que limite, restrinja y sirva como ejemplo de lo que no se debe hacer; habría que agregar la formación y la capacitación de profesionales que combinen la medicina legal con la formación jurídica y psicológica, que permitan acudir al rescate de quienes necesitan urgentemente de atención sin discriminación.