Buen día, apreciado lector. Que conste, el tema político de este penúltimo mes del año 2022 en Veracruz, que, todos sabemos, en opinión del presidente López Obrador, encabeza un gobernador honesto, es el relevo en los poderes Ejecutivo y Judicial.
No es chisme del reportero, el señor gobernador Cuitláhuac ha hablado ambiguamente del tema en estos días y hay que creerle; ya por todas partes circulan nombres de presuntos sucesores.
El relevo más claro que se avecina es en el Poder Judicial. La actual titular concluyó el periodo oficial de la titular anterior -tristemente fallecida por ventilar problemas de corrupción en esa honorable institución, escandalosamente a nivel nacional- por lo que fue hostigada alevosamente y un día no aguantó más y falleció.
La sustituta se ganó la confianza absoluta de los otros palacios y dicen que hasta de don Peje “porque su papá lo ayudó” y ya todo mundo sabe la historia, pero bueno, ya se va.
Antes, vienen los informes del jefe del Ejecutivo estatal y en una de esas como pasó en 1988, con Fernando Gutiérrez Barrios, nos sale con que recibió una invitación del señor Presidente, y “ahí se ven”.
Pero atrae mucho la atención el relevo oficial en el Poder Judicial por muchas cosas, entre ellas que si llega otra mujer tenga la capacidad y autoridad que no ejercieron las anteriores, pero que antes que se vaya la actual, debe presentar un informe detallado muy conciso y del por qué ella se va con su lana y los justiciables vencedores en juicio que se rasquen como puedan.
Deberá ser tan detallado y de gran altura y profesionalismo, como el que recuerdo y está publicado y grabado en todas partes, en todos los archivos, en todas las conciencias, en todas las hemerotecas y hasta en todas las "guacamayas", como el que leyó y entregó en la segunda quincena de noviembre de 2016, al término de su segundo y último mandato, el entonces y ahora muy reconocido magistrado presidente Alberto Sosa Hernández, que encabezó de 2010 a 2016 y terminó con aplausos, con el reconocimiento general en esa entonces muy prestigiosa institución. Eso espera la sociedad.
Hoy quiero insistir, muy apreciado lector, que este reportero, a pesar de las gandalladas que ha enfrentado en los últimos seis años en esa “casa de la justicia”, insistirá ahora y siempre hasta que se resuelva su demanda laboral ganada desde hace dos años.
Lo haré con el apoyo de usted y de infinidad de amigos de todo el país y el extranjero que conocen del asunto. A mis setenta y feria años de edad, confieso: ¡estoy muy emocionado!; de entrada, doy gracias a Dios en el cielo, y en la tierra; a mi hada madrina Irene Arceo Muñiz, por supuesto, al Club Primera Plana, fundado precisamente en abril de 1959, con periodistas de calidad, insisto, de todo el país, que nos entregó el Premio Nacional de Periodismo.
Fue hace casi ocho días en la Ciudad de México, como lo recibieron gente valiosísima como -post Morten- don Miguel López Azuara, y leyendas vivientes como Miguel Angel Cristiani González, Arturo Reyes Isidoro, Aracely Baizabal y otros grandes compañeros que no pudieron asistir.
Tenga paz y armonía en su hogar, cuide el agua y las plantas.