Resulta obvio que las acusaciones y señalamientos de diputados contra funcionarios estatales ocurren por el control de Morena en el estado.

La pelea por el control de ese partido tiene su razón de ser, pues se aproxima la selección de candidatos que irán a la contienda en 2021.

El grupo que maneje la dirigencia estatal tendrá más posibilidades de colocar a los suyos en una diputación federal o local, en una alcaldía, en una sindicatura o en una regiduría.

No es extraño, como dicen que ocurre, que Patrocinio Cisneros intente hacerse del control partidista y tampoco lo es que en esa pugna aparezca también Guillermo Fernández.

Al partido Movimiento de Regeneración Nacional le está pasando lo mismo que al PRI cuando estaba en el poder. Los grupos internos tienen la certeza de que ganarán la próxima elección y por eso pelean por el control partidista.

Hoy, el manejo partidista lo tiene el exdirigente Manuel Huerta a través del orizabeño Hugo Alberto Martínez Lino, quien funge como delegado en funciones de presidente del comité estatal.

El fin de semana pasado Morena celebró asambleas para designar a los delegados que irán a la asamblea nacional donde ese partido elegirá a su nuevo dirigente nacional.

El diputado federal de Papantla Jaime Humberto Pérez Bernabé denunció que tiene pruebas de que desde la Secretaría de Gobierno, Éric Patrocinio Cisneros entorpeció y “manoseó” el proceso de elección interna de delegados.

El legislador detalló que en algunos municipios el proceso se hizo al “estilo del viejo PRI... En todo el estado hay documentación, hay informes, es muy claro, más claro ni el agua. Había trabajadores del Registro Público de la Propiedad, gente del Registro Civil, gente de Transporte Público, quienes en la sierra nos bloquearon todo.

“… todos los taxis operaron bloqueando la sierra del Totonacapan y vimos todo el personal de la Sedesol de Guillermo Fernández operando”.

Se quejó de que en siete sedes fueron canceladas las asambleas y que en distritos donde sí se realizaron habría impugnaciones. De todo hay videos y documentos con lo que se presentarán las denuncias.

Por supuesto Juan Javier Gómez Cazarín, coordinador de la bancada de Morena en el Congreso local, salió a negar la intromisión de Patrocinio y de la diputada federal Deysi Juan Antonio.

Dijo que tampoco condicionaron recursos públicos para alterar el proceso de las elecciones internas de Morena y pidió pruebas de las acusaciones.

Curiosamente sobre la intervención del secretario de Sedesol, Guillermo Fernández, el también presidente de la Jucopo respondió: "No puedo decir lo mismo de los demás secretarios, porque no he tenido alguna relación con ellos".

En este mar de acusaciones no podía falta desde luego el diputado Magdaleno Rosales, quien acusó que desde la Sedesol fueron desviados recursos para comprar votos y acusó al secretario Fernández Sánchez y al tabasqueño Carlos Juárez, subsecretario de Gobierno, de haber ofrecido apoyos a militantes para la elección de los delegados.

No hay nada nuevo en esta forma de operar ni en las acusaciones que se hacen unos y otros.

Lo que no ven los dirigentes de Morena es que con esas prácticas contribuyen al desgaste de su partido que va a llegar diezmado al próximo proceso electoral.

Mucha gente está decepcionada por los malos gobiernos municipales, donde algunos alcaldes han demostrado incompetencia para administrar y otros evidencian el interés que tiene en su bienestar personal y familiar y lo anteponen al de la gente y al del lugar que gobiernan.

A eso hay que agregar las polémicas decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador, que aunque no lo quiera reconocer ha cometido errores que le cobrarán facturas.

Detrás de todo esto está la ambición por el control y el poder político, que tendrá sus cotos para quienes quieren seguir gobernando.

Al tiempo.

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