Hasta el pasado mes de julio, datos oficiales indicaron que en Veracruz se habían cometido 31 feminicidios. Sin embargo, el Informe sobre violencia contra las mujereselaborado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública da a conocer una cifra preocupante de homicidios de mujeres en el estado de Veracruz.
En el rubro “Presuntas víctimas mujeres de homicidio doloso”, el Secretariado reporta un total de 51 casos. En cuanto al rubro “Presuntas víctimas mujeres de homicidio culposo” indica un total de 117 para la entidad. Es decir, en siete meses Veracruz presenció 168 homicidios de mujeres en su territorio. Si sumamos los feminicidios que presenta para el mismo periodo dicho Informe oficial, encontramos que en siete meses casi 200 mujeres habían sido asesinadas en el estado.
En estimaciones hechas a partir de la documentación y análisis de información generada por medios de comunicación, el Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres (OUVMujeres) señala que son 43 los feminicidios que se han registrado en el estado de Veracruz entre enero y agosto de 2024.
Xalapa, la capital del estado, es el municipio puntero con cuatro casos, seguido por Veracruz y Perote los cuales muestran tres cada uno. Lamentablemente, no son todos los municipios en los que se ha cometido este delito: al menos en 27 más se ha registrado algún feminicidio.
¿Quiénes eran estas víctimas de feminicidio? Mujeres cuyas edades fluctuaban entre los 4 y los 67 años de edad, pero podemos señalar que en 33 ocasiones los cuerpos correspondían a mujeres adultas. Tres de ellas habitaban en municipios indígenas: Papantla, cuya población es predominantemente de origen totonaco, y Soledad Atzompa, el cual alberga a habitantes nahuas.
De algunas víctimas no conocemos su nombre porque sus cuerpos fueron arrojados y exhibidos en la vía pública. No se sabe quiénes son o los medios de comunicación, ante la premura de la publicación de la nota, no pudieron averiguar de quién se trataba. Tampoco sabemos con qué arma fueron ultimadas y cuál fue el móvil del feminicidio.
Cabe señalar que de los 43 casos que reporta el Observatorio, 15 de ellas fueron asesinadas con arma de fuego, a ocho las mataron a golpes y a seis más con arma blanca. Así, observamos que los feminicidas tienen la predilección de tocar para matar a través del golpe hacia un cuerpo que manipulan como a un objeto o a partir de un arma que hunden en un cuerpo al que se acercan para mostrar que tienen el poder de acabar con la vida de una mujer.
Si bien la autoridad local se ha congratulado de que han disminuido los feminicidios en esta administración gubernamental, lo cierto es que todas las vidas importan y, por respeto y empatía, la celebración debería posponerse.
La repetición de la violencia produce un efecto de normalización, nos dice la Antropóloga feminista Rita Segato. Produce un paisaje de crueldad y provoca falta de empatía, agrega la científica argentina.
En Veracruz lo podemos observar claramente: la sociedad desinteresada en los delitos contra mujeres, una Fiscalía que no resuelve y revictimiza, mecanismos de protección a nuestros derechos humanos que no se implementan a fondo y de manera contundente, personal encargado ignorante e indolente que repite huecamente las consignas de rigor cada Día Naranja.
Y no es únicamente cuestión de colores, ni de partidos, ni de derecha o izquierda: la crueldad se ha hecho tan habitual que automáticamente pensamos que podemos vivir así. Ojalá desmontemos estas prácticas y vengan tiempos que nos permitan construir otros paisajes de vida y libertad.
* Coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Universidad Veracruzana