Nuestro amigo el taxista nos hizo saber, a través de su esposa, que la avenida Ruiz Cortines, desde los lavaderos hasta la entrada a Coapexpan, en la colonia Represa del Carmen, está llena de baches.
El pasado jueves, oyendo platicar a vendedores del tianguis que se pone en el barrio San José, nos enteramos que cuando les toca trabajar en la avenida El Diamante, en la colonia Luz del Barrio, tienen que hacerlo a orilla del drenaje expuesto al aire y cuando llueve las alcantarillas no se dan abasto y sacan el contenido del drenaje oculto, por lo que tienen que trabajar entre las aguas negras y por ello tienen que hacer de tripas corazón para trabajar entre la suciedad.
Indirectamente nos hemos enterado que muchos usuarios de autobuses del servicio de pasajeros en la ciudad se quejan del mal estado que guardan algunas unidades. Por ejemplo, no poder abrir las ventanillas, sobre todo en días de calor, que aunado al de los pasajeros se acentúa. Una súplica a las autoridades correspondientes para que intervengan para su solución.
Leíamos en este matutino que estos señores se escudan en que la razón del mal estado que guardan las unidades se debe a que en varios años no se les ha autorizado subir el costo del pasaje, olvidándose que es un negocio y por lo mismo, primero, tienen que buscar la satisfacción de los usuarios, es decir, desconocen la máxima que reza: “El que quiera azul celeste, que le cueste”. Dicho de otra forma, hay que dar para merecer. Si a lo anterior le agregamos que a los usuarios no les parece, dado que viven al día por la escasez de ingresos les parece excesiva, debido al estado que guardan las unidades, esto se convierte en un círculo vicioso, máxime que no han corregido ninguna de las anomalías indicadas sobre el comportamiento de los choferes.
De igual manera algunos taxis se andan, literalmente, destrozando y, sin embargo, pasan la revista correspondiente, echando mano de la corrupción, que según el Presidente se terminaría en este sexenio. ¿En qué quedamos por fin, debe aplicarse la ley o no?
Tenemos entendido que por reglamento no deben traer ningún adorno, ni dentro ni fuera del carro, sin embargo, hemos visto a muchos de ellos luciendo figuras de seres fantásticos propios del halloween norteamericano: brujas, calabazas y otras, que normalmente se celebra el 31 de octubre. Y con todo, pese a estar haciendo algo prohibido, andan circulando tranquilamente, y por lo mismo sólo se puede pensar que han recurrido a la corrupción para poder hacerlo.
Cuando escribíamos estas líneas nos enteramos por dos personas distintas que hay quien se dedica a dar a conocer rumores de obras realizadas, cosa que no es cierto, y que si fuera posible se le buscara para preguntarle qué pretende con ello. ¡Salud!