La patria no espera, por ello ante los avances del autoritarismo que pretende erosionar nuestra democracia, en el PRI tenemos claro que debemos renovar nuestra lucha, reforzar nuestros principios y reavivar nuestra convicción. Acabamos de enfrentar una dura derrota ante un oficialismo no democrático, pero no es momento de bajar la guardia. La patria reclama más fuerza, con más determinación y con una visión clara de lo que debemos hacer para reformar nuestro partido y reconquistar la confianza de la ciudadanía.
La convocatoria de nuestro presidente Alejandro Moreno, rumbo a la XXIV Asamblea Nacional Ordinaria, es una oportunidad histórica de transformar al PRI y convertirnos en el partido de vanguardia que México necesita. Los tiempos han cambiado y nosotros debemos cambiar con ellos. Nuestra sociedad demanda innovación, transparencia y efectividad. Es imperativo que el PRI se convierta en un referente de modernidad y compromiso social. Es momento de revisar y actualizar nuestra lucha política. Debemos sumar a las clases medias y populares, integrarlas en nuestra visión y trabajar hombro a hombro con ellas para construir un país más próspero. La desigualdad económica, la inseguridad, el cambio climático y la falta de oportunidades son desafíos que debemos enfrentar con decisión y con propuestas concretas.
Para ello, debemos fortalecer la democracia participativa, asegurando una representación equitativa y efectiva de los intereses ciudadanos. Mejorar la transparencia y la rendición de cuentas del Congreso es esencial; al mismo tiempo, es crucial promover una administración pública eficiente y transparente, utilizando tecnologías emergentes y principios de gobierno abierto. Debemos fortalecer el Estado de derecho y exigir el respeto a los derechos humanos en todas las políticas y acciones del gobierno federal, estatales y municipales.
La reforma del PRI y la reconfiguración del sistema político mexicano son pasos cruciales hacia una democracia más robusta y representativa. Al adaptarnos a los desafíos del siglo XXI y abrazar la diversidad y la innovación, el PRI puede recuperar su relevancia histórica y ser un motor de progreso y cambio positivo para México.
Debemos realizar una auditoría exhaustiva de las campañas anteriores para identificar los errores estratégicos, comunicativos y organizacionales. Tenemos que analizar las dinámicas del electorado, los cambios socioeconómicos y las expectativas de la población. Es indispensable reconfigurar la posición ideológica del PRI en el espectro político y modernizar sus principios para alinearse con las nuevas demandas sociales. Esto se logrará, involucrando a bases y estudiando el análisis de expertos externos para recoger opiniones sobre cómo debería redefinirse el partido.
Se tienen que asegurar procesos transparentes y democráticos para la elección de candidatos y liderazgos. Es preciso debatir acerca de la renovación de la imagen pública del PRI, distanciándose de percepciones negativas asociadas con el pasado. Es preciso formar alianzas estratégicas con movimientos que compartan objetivos comunes para fortalecer la oposición. Una clave es afianzar vínculos con organizaciones civiles y grupos comunitarios para construir una base de apoyo más amplia.
Para que el PRI recupere su relevancia política, es fundamental un proceso integral de introspección y renovación. No solo es necesario modernizar sus estructuras y estrategias, sino también recuperar la confianza del electorado a través de una propuesta política clara, innovadora y alineada con las necesidades actuales de la sociedad mexicana. Este proceso requiere tiempo, esfuerzo y una visión a largo plazo, pero es posible con una estrategia bien planificada y ejecutada. ¡En la XXIV Asamblea sentaremos las bases para recuperar la confianza del pueblo mexicano y a construir juntos un futuro más próspero y justo para todos!
@lorenapignon_
*Diputada federal. PRI