Es tal el desprestigio y la mala imagen del diputado federal por el distrito de Tuxpan, Alberto Silva Ramos, que bastó un mensaje por redes sociales para generar todo tipo de reacciones en contra.
Por la tarde del pasado martes el exsecretario de Desarrollo Social y exvocero del Gobierno del Estado, a quien se atribuye una cercanía con el exgobernador Duarte más allá de lo laboral y profesional, subió un mensaje a sus redes en el que apuntaba: “Plaza Lerdo a la espera de AMLO!”, en alusión a su supuesta presencia en el evento encabezado por Andrés Manuel López Obrador en Xalapa.
El mensaje por twitter se difundió a través de la cuenta @Beto_Silva_R, poco después de las 19 horas. Al mismo tiempo se movía a través de la red social Facebook.
Las reacciones de rechazo, repudio al exalcalde tuxpeño, fueron casi inmediatas y ello habría originado que Silva Ramos eliminara su publicación.
Pocos políticos tienen una imagen pública tan negativa como el exgobernador veracruzano Javier Duarte, y en el primer círculo del hoy reo del Reclusorio Norte estaba Alberto Silva, quien era el alfil del exejecutivo en el proceso de selección del candidato del PRI al Poder Ejecutivo del estado.
A esa cercanía y a los señalamientos que pesan en su contra por presuntas irregularidades en su desempeño como titular de la Sedesol estatal y de la Coordinación General de Comunicación Social se debe el tremendo descrédito que pesa sobre Silva Ramos.
Tras conocerse el supuesto apoyo de Alberto Silva a la campaña de Andrés Manuel López Obrador, decía, las reacciones fueron de indignación, en unos casos, y de mofa en otros, dado que al legislador tuxpeño no se le atribuye mayor peso en la política veracruzana.
Si esos mensajes se hubieran generado hace tres años, cuando Silva gozaba de fuerza y su voz era escuchada en los altos círculos del poder estatal, habrían llamado la atención y generado reacciones diferentes; finalmente, se sabía que el entonces coordinador de Comunicación era uno de los personajes más cercanos al exgobernador.
Hoy, sin embargo, el supuesto tuit y el mensaje en Facebook sólo provocaron molestia entre los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, y risa entre panistas y priistas; Alberto Silva hace mucho que dejó de representar algo en la entidad.
Ni siquiera en la zona norte ni en su propio distrito (Tuxpan) al exalcalde de ese lugar se le toma mucho en serio.
Hace relativamente poco, por cierto, circuló la especie en el sentido de que el legislador federal estaría apoyando la campaña de Morena en su distrito, con la idea de impedir el crecimiento del candidato de PAN-PRD-MC, Miguel Ángel Yunes Márquez; trascendió también que a su grupo cercano Silva habría pedido sumarse al Movimiento y a las campañas de López Obrador y de Cuitláhuac García.
El diputado sabe perfectamente que en el muy probable caso de que Yunes Márquez gane la gubernatura, su destino sería muy parecido al de su exjefe político y amigo cercanísimo.
Por el momento y hasta dentro de unos meses, al exvocero de Duarte le protege la figura del fuero; sin embargo, esta inmunidad terminará antes de que concluya el periodo del actual gobernador de Veracruz; por eso ha trascendido que Alberto Silva tendría un pie en Pacho Viejo y el otro pisando una cáscara de plátano. A eso se debería su coqueteo y su búsqueda desesperada de cobijo en el Movimiento de Regeneración Nacional.
@luisromero85