/ domingo 9 de junio de 2024

Somos un crisol de influencias

Todas las generaciones de mexicanos, hombres y mujeres sin excepción, hemos recibido una amplia y profunda influencia tanto interna como externa en lo referente a educación, cultura, idiosincrasia, y las variables que a ustedes más les han influenciado.

Ha llamado mi atención que el presidente AMLO repita que la educación no es lo mismo que la cultura, ya que es una idea muy encarnada en mi manera de pensar y actuar; y ciertamente el presidente de México es un hit como narrador, historiador, un animal político, y que durante toda su vida ha otorgado su esfuerzo a renovar un modelo que califica de obsoleto, es muy directo, a veces incomoda mucho a sus detractores, y sin embargo sigue siendo un hombre didáctico, ya que sus conferencias son una especie de clases al público.

A fines de los años 70 en la ciudad capital Xalapa, la secundaria Técnica 3 era la ETI 272, o escuela técnica industrial número 272, el sistema educativo era altamente riguroso y preciso, llevamos historia, civismo, geografía, en otra física, química, biología, y así por el estilo también talleres de educación tecno-industrial como mecánica, cocina, industria del vestido, electrónica, y más. Se otorgó gran peso a la música, pintura, educación física, y la imperdible valoración de los actos a los símbolos patrios, los desfiles siempre rebosantes de la época, así como el prestigio de la ahora Técnica 3, sigue su curso con otros enfoques muy diferentes.

La época nos va marcando, los grandes grupos de Rock, la música Discotequera, la Ranger también gringa, así que era connatural a nuestra preferencia el ser afines a la cultura yanqui; el mundo entonces era muy grande en todos sentidos, éramos malinchistas en extremo, e íbamos jóvenes de todas las clases sociales, poco o nada existía la discriminación entre nosotros; igual podíamos convivir con hijos o hijas de gente acaudalada, como con personas muy de barrio, y a veces nos peleábamos, al rato volvíamos a ser amigos.

El devenir de las generaciones nacidas en los años sesenta y setenta, tendría cualidades únicas, se pueden imaginar ustedes un mundo sin aplicaciones en el celular, es más un mundo sin teléfonos inteligentes, carecíamos de la enorme tecnología de la que hoy tenemos que hacer uso. Ello nos impulsó a otras actividades como el aprender ajedrez, el formar círculos de lectura, y muchos nos hicimos adictos a la buena literatura y demás otros temas; obviamente ello nos aportaría cultura, aunque debo admitirlo que no todos tenía acceso a la misma, ya que los libros eran muy caros, las enciclopedias eran un lujo, la música también; los hoy llamados antros no existían, en realidad sólo son meras cantinas disfrazadas de pseudo convivencia.

Llegando al nivel de educación superior fue como expandimos nuestro criterio e idiosincrasia, la formación educativa era humanística, pero con proclividad a exaltar todo lo extranjero como superior y además lleno de cultura, recuerden cuando comprábamos discos de acetato con la leyenda “La música es cultura”.

Mucha gente prefería la ropa de marca, era una lucha de las marcas, de la fashion y la turbulencia de lo muy superfluo. Los movimientos políticos se centraban alrededor de un solo partido imbatible y todopoderoso el PRI, que tenía su competencia en el PAN, y otra competencia poco notoria como el PSUM o partido socialista unificado mexicano; pero se daba por hecho que el movimiento obrero era priísta, CTM, CROC, CROM, y demás.