Hay una infinidad de formas de mirar la vida, pero nuestra vida no debe reducirse a la monotonía en la repetición de actos consecutivos y acostumbrados. La costumbre nace de la pereza y esta de la falta de libertad mental, del alma, del espíritu, de la falta de imaginación aún ante la adversidad.
I.- Sospechamos muchas cosas, pensamientos, inseguridades, pero no afrontamos el hecho de sacar el pecho para afrontar nuestras condiciones de vida, no sólo para superarlas, sino además para borrarlas con el poder de la acción sustentada en una fuerza inteligente y aplicable. He encontrado hombres y mujeres adultos, me han expresado su falta de seguridad en ellos mismos, vamos a llamarle autoestima; son retraídos e incluso excesivamente serviles y hasta frágiles, pudiendo aún cambiar sus esquemas de pensamiento y rutina, no son capaces de hacerlo, pero yo sé que sí pueden, sólo se han acostumbrado a vivir en su engaño.
II.- No debemos criticar a un ser humano, debemos construirlo sobre cimientos estables, que no se venga para abajo al primer empujón, si lo que queremos es servir un poco a este mundo en el cual nos toca vivir a diario, vamos por un nuevo amanecer; antes de que aparezca el sol se derraman las últimas lágrimas de la noche, secando su llanto en un espejo de neblina, se asomarán nuestras dudas y anhelos, pero todo aquel que duda ya está perdiendo su propia batalla, la de ser feliz luchando, de afrontar el calor, el frío, e incluso la indiferencia humana, que es el desdén de los idiotas, sí, me refiero a aquellos que se creen superiores a todo aquello que no comulgue con su fachada de actuar, pensar y sentirse algo importantes por creerse quizá tan poderosos como eternos, ¿será?
III.- Considera, piensa e imagina algo muy importante, todas las demás personas vivas a tu alrededor son animales, racionales se nos ha inculcado, pero tenemos una parte salvaje y hasta destructiva contra los demás, ahí es donde entra la ciencia del derecho, la psicología, el entrenamiento mental para fortalecernos por medio de nuestras creencias mayormente constructivas, defensivas, o en su caso ofensivas, sin caer jamás en el arrebato. Puedes también evadir los golpes, o bien alejarte de las personas más tóxicas que vulneren tus derechos humanos, incluyendo tu dignidad y otros tantos aspectos de nuestra salud mental, la cual se ve reflejada en toda nuestra vida e imagen al espejo de nuestra propia mentalidad.
IV.- Nuevo amanecer, se ha dicho que mientras un ser humano esté vivo aún puede ganar sus batallas, sólo el hombre o la mujer que renuncian a usar su voluntad como un motor y una palanca de velocidades para encarrilar su vida, son los que la comienzan a perder, extraviándola en los andenes de los desiertos o la desesperanza al ya no querer, ni tampoco apreciar nada, o casi nada.
V.- Hay fortunas que no cuestan dinero, o al menos no necesitaremos de él en cantidades exorbitantes, así encontramos a las amistades, a los y las conocidas, a nuestro gato, a nuestro perro, nuestras flores, plantas, libros, y en lo general lo que de por sí ya tenemos, pero que por darlo como un hecho no valoramos, luego entonces se pierde y pasamos a buscar falsos anhelos, generando inquietud, ansiedad, depresión, impotencia, neurosis, por sólo mencionar algunos factores. Si valoramos que tenemos un techo propio, una familia, salud de regular a bien, si creemos en la libertad de conciencia y de facto, entonces seremos capaces de dar gracias a la “Divinidad”.
VI.- No resolveremos nada al enojarnos, o al preocuparnos en exceso; hay cosas, circunstancias y seres humanos que nunca jamás habrán de cambiar sus formas negativas, no los juzguemos ya que cada cual afronta sus propias adversidades, sus monstruos internos, y que muchas veces son unas simples lagartijas escuálidas y sobredimensionadas por la fatal imaginación neurótica; por el acariciar los traumas, por flagelarnos como víctimas de los cambios y el destino. Levántate y combate.