El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, estuvo en tierras tabasqueñas, donde se reunió con representantes de la industria petrolera nacional, ante quienes el plan de rescate para dicho sector.
En ese marco, el presidente electo se refirió a la construcción de una refinería en Dos Bocas, Tabasco; y a la rehabilitación de las seis refinerías que ya existen y operan en territorio nacional, Cadereyta, Salamanca, Tula, Madero, Salina Cruz y Minatitlán.
En reiteradas ocasiones, la actual senadora por Veracruz y próxima secretaria de Energía del gabinete federal, Rocío Nahle García, se ha referido a la estrategia en esa materia: en lo relacionado al petróleo, el gobierno de López Obrador intentará reducir las exportaciones de crudo, para dar un valor agregado al hidrocarburo; es decir, aumentar la refinación para producir gasolina y diésel.
Actualmente, México compra más de 800 mil barriles de esos combustibles cada día a refinerías de Estados Unidos; y exporta más de un millón 170 mil barriles por día a refinerías de Estados Unidos, Europa y Asia.
Nuestro país es dependiente en términos energéticos, ya que importa dos tercios de la demanda doméstica local de gasolina y diésel.
De ahí la importancia del anuncio de López Obrador sobre lo que será la estrategia petrolera nacional: bajar las exportaciones y crudo y aumentar la producción de gasolinas mediante la modernización de las seis refinerías que actualmente existen en México y la construcción de otras dos; una de ellas es la de Dos Bocas, Tabasco; y la otra, de forma tentativa, estaría en Campeche.
El tema del del rescate de la industria petrolera resulta muy importante para Veracruz, dado que ésta es una de las entidades productoras de petróleo.
Por otro lado, esos anuncios son esperanzadores para los involucrados con el sector petrolero, muy golpeado en los años recientes por la crisis internacional en materia de precios y por las políticas públicas del gobierno federal.
Las zonas petroleras, que hace décadas eran polos de desarrollo y generación de empleos, hoy se encuentran abandonadas y hundidas entre el desempleo, la crisis económica y la inseguridad.
El ejemplo veracruzano de esa crisis se ubica en la zona norte del estado. En Poza Rica, gente vinculada a esa industria estima en 30 mil los empleos que se han perdido en la última década, relacionados todos, de forma directa e indirecta, con Pemex y las empresas subcontratadas.
Hace un par de años, el dirigente petrolero y ex alcalde del lugar, Sergio Lorenzo Quiroz, estimaba en 3 mil el número de plazas laborales perdidas.
Esos despidos masivos de trabajadores vinculados a la industria petrolera en la zona norte de Veracruz generaron enormes problemas de inseguridad y, sobre todo, una profunda crisis económica de la que no se ha recuperado esa zona.
Incluso, la Cámara Nacional de Comercio, Canaco, de Poza Rica ha informado que 4 de cada 10 establecimientos comerciales del lugar han terminado por bajar la cortina debido a esa crisis, de la que nadie se salva en las zonas petroleras, lo mismo en Veracruz, que en Tabasco o Campeche, estados que se encuentran entre los que enfrentan mayores problemas de desempleo en el país.
De ahí la importancia de las acciones programadas por el próximo gobierno para rescatar a un sector que en los últimos años ha estado abandonado. @luisromero85