No podemos vivir del pasado añorándolo. Ya se fue y hay que continuar enfrentando los nuevos retos que la vida nos pone por delante. Mientras hay vida hay esperanza, y esta es la última que debe morir mientras nos encontremos en la lucha diaria, que es algo que termina hasta que llega a su fin.
El verdadero guerrero no es quien se queja, viviendo del pasado y haciendo planes que nunca aterrizará. Siempre está en pie de guerra, alerta de todo lo que llegue, ya que pueden venir los problemas por cualquier lado, y de la persona menos esperada. Hay que aprender a vivir con ética, porque esta es la que hace grande a cualquier personaje. Y la fidelidad siempre acompaña a los grandes.
Nada puede esperarse de personas volubles, que en cualquier momento cambian de acuerdo a su conveniencia. Lo que se va no hay que luchar por retenerlo, y lo que llega ¡que sea bienvenido! sin temor al cambio. Lo único que tiene su ocaso es la noche.
El nacimiento del nuevo día invita a iniciar nuevas faenas. El en el fondo de la paciencia el guerrero siempre encontrará oro. El miserable exige mucho de los demás. El sabio de sí mismo. El objetivo de la vida es morir joven lo más tarde posible.
Agradezco a Dios Todopoderoso por darme la inspiración para continuar escribiendo; a Diario de Xalapa por publicar mis escritos y a ustedes lectores por permitirme entrar en sus hogares. Desde Puerto Limón, Costa Rica, les deseo lo mejor en este año 2019.
Hay que tomar en consideración que la vida no es nada fácil y el precio por vivirla es continuar adelante y disfrutarla lo mejor posible. Hay que estar en movimiento, la mente en paz, el alma diáfana y lo demás adviene en base a nuestras acciones. Recordemos que lo que hace grande al hombre son sus principios y estos prevalecen en el corazón. El hombre hace un imperio durante toda su vida y lo destruye en un instante por malas decisiones tomadas.