Esoterismo / Historia del gnosticismo

El gnosticismo es una corriente filosófica que existe desde antes de la era cristiana

Frank Barrios Gómez

  · martes 26 de marzo de 2019

La directora de la corriente femenina gnóstica, en su momento, fue María Magdalena. Considerada como princesa por poseer un rico acervo intelectual para la época, en la que a una mujer se le tenían vedadas muchas cosas.

El evangelio de Felipe dice que: “El Salvador besaba constantemente en la boca a María Magdalena porque era su compañera sentimental”. Por eso a Jesús se le considera el maestro Esenio (rama del judaísmo), cristiano y gnóstico.

Los conceptos gnósticos gozaron de gran reputación hasta que la nueva religión, el catolicismo, tomó fuerza y empezó una feroz persecución contra los gnósticos, porque eran un obstáculo para imponer su doctrina a base de terror. Permaneció oculto el gnosticismo por casi 2 milenios.

Fue en diciembre de 1945, cuando se descubren en Nag Hammadi, Egipto, dentro de una vasija los evangelios gnósticos, los cuales detallan cómo era el cristianismo antiguo y develan verdades que el clero católico escondió y dogmatizó. Samael Aun Weor decide fundar en la década de los años 50 una escuela gnóstica, donde sus 4 pilares versan sobre filosofía, ciencia, arte y mística.

La finalidad es que el ser humano despierte su conciencia, a la par que sus facultades paranormales, y se eleve a la altura de su creador. Hoy martes, en el local del Instituto Gnóstico de Antropología. AC, ubicado en la calle Úrsulo Galván 124, zona centro, de Xalapa, iniciaré un ciclo de conferencias gnósticas, en las que disertaré temas como: “Historia del gnosticismo.

El despertar de la conciencia. Meditación trascendental. El despertar de los chacras. El Kundalini. Atlántida. Desdoblamiento astral. El rayo de la muerte. Simbología de los sueños. La era de acuario. Cómo trabajar con los ángeles. Magia en el siglo XXI y Yudo rúnico”. La hora es a las 8 de la noche. Días de conferencias, martes y miércoles, y la entrada es libre. Esperamos contar con su presencia de lujo.