Errar es de humanos. Si estás enojado no abras la boca, porque dirás palabras de las que arrepentirás. Si las dijiste, corrige de inmediato lo dicho, dice un proverbio chino. Y es verdad.
Hay gente que es visceral. Primero actúan y gritan sin analizar el resultado de sus acciones y qué hay de cierto sobre lo que se está escuchando. Juzgar es fácil. Cualquiera se pone la toga de juez y ejerce justicia. El chismoso vive en su propio infierno, metiéndose en infinidad de problemas, que en ocasiones les hace perder oportunidades para lograr grandes metas.
Es común en el ser humano cometer infinidad de errores, y más propio debe ser limpiarlos inmediatamente, aceptándolos, ya que esto denota madurez personal. Las excusas alargan un tormento que tarde o temprano saldrá a la luz, para que la verdad brille. ¿Qué se gana cargando en la mente y corazón desasosiegos de venganza y odio? El único perjudicado es la persona que los carga y que a la larga le acarreará una vida infeliz, al no disfrutar lo hermoso de la existencia.
Cierto día una maestra deja de tarea que al día siguiente lleven tomates con el nombre escrito de los compañeros que les caen mal. Los alumnos cumplen llevando 2, 4 y hasta 20.
Desde entonces les pide cargarlos siempre. A la semana empiezan las quejas. Además del mal olor, el peso sobre quienes más los cargan aumenta. Ella les dice que así son los rencores que se cargan.
Si en una semana ya no soportamos la pestilencia, cómo será la vida si se cargan para siempre. No vale la pena malgastar la vida en pequeñeces. El único perjudicado es el cargador por llevar sobre su alma una lápida que le impide ser feliz, además de acarrearle infinidad de enfermedades que le acompañarán hasta la muerte.