En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza, el perdón, la depuración, limpieza emocional y en el arrepentimiento para la llegada de cristo, el representante del amor incondicional.
El color litúrgico de este tiempo es el morado. Significa penitencia y depuración. El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro, siempre con optimismo y fe en Cristo.
Su finalidad es recordar el pasado: celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres.
Esta fue su primera venida. Vivir el presente: se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la "presencia de Jesucristo" en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor. Con el adviento se abre un portal para restablecer la unión y comunicación en la familia. Úsenlo para perdonarse entre los miembros de la familia.
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