Los seres iluminados predican que el amar no sólo es para sentirlo ¡hay que demostrarlo! Entonces será real y más aún cuando logramos compartirlo con aquellos que no se lo "merecen", de acuerdo a nuestros juicios de valores.
La realidad es que amar no se dificulta con quienes están de nuestro lado, pero es frecuente que termine cuando tenemos diferencias de opiniones. El amor implica trabajo. No es un simple sentimiento agradable que normalmente sentimos cuando todo resulta muy bien.
El verdadero amor se manifiesta en situaciones difíciles y su mejor ejemplo lo encontramos en las células de nuestro propio cuerpo.
Todas las células en esencia son iguales, tienen la misma carga genética pero cada una "decide" realizar una función diferente para que estemos sanos y felices.
Las células del ojo son diferentes a las del hígado y diferentes a las de los pulmones, pero todas entienden y realizan sus tareas para nuestro bienestar. Las células del cuerpo nunca cuestionan la importancia de su función sólo realizan el trabajo que se requiere para que el cuerpo funcione a la perfección.
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