Uno de ellos puedes ser tú o yo, junto con la información genética de la abuela. ¿A qué información nos referimos? A todo lo que la abuela sintió cuándo vivió. Si era el momento adecuado para tener hijos, si era deseado o no el embarazo, si se sentía protegida por su marido.
Cuáles eran sus amores, sus conflictos de identidad, etcétera. Si la genética, a veces, se salta una generación es porque la abuela pone el óvulo y el abuelo el espermatozoide.
Y el óvulo además de la información genética, lleva la información mitocondrial que está en la membrana celular.
Mientras que en el abuelo, la información mitocondrial está en la cola del espermatozoide, y como se sabe en el momento de la fecundación, la colita se queda fuera.
En la mitocondria es donde está guardada la información biológica a niveles de programas que se heredan.
Por tal razón es importante tomar consciencia de la vida de las abuelas maternas para aprovechar sus virtudes y entender sus miedos, que hoy son nuestros. Comprender esto ayuda a mejorar nuestra forma de ser y a librarnos de energías estancadas que no fluyen y nos impiden avanzar en nuestro camino de vida.
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