En su libro Un mundo sin quejas el científico Will Bowen asegura que si salimos airosos de no quejarnos durante 21 días, ni lamentarnos, sanaremos de mente, espíritu y cuerpo.
¿Qué les parece? ¿Porqué 21 días? Para crear o dejar un hábito bastan 21 días, aseguran los expertos.
Mismo tiempo que requiere el reto de Bowen, para que nosotros iniciemos un nuevo hábito de agradecimiento y despachemos lamentaciones, quejas y reproches.
Y a propósito Viktor Frankl, creador de la Logoterapia, predicaba Uno, sólo uno, es responsable de lo que hace, de lo que sufre y de lo que ama. Y Will Bowen inspirado en esta filosofía ideó este reto de 21 días, tiempo para cambiar lamentaciones por agradecimientos.
Así que enfrentemos este reto agradeciendo lo que tenemos y también lo que no tengamos. Y si nos disgusta ¡cambiémoslo! Y si no podemos hacerlo, nada de quejas, ni lamentaciones. Cambiamos actitud y todo cambia.
El reto también exige colocarse una pulsera morada con la leyenda: “Un mundo sin quejas”, mientras resistimos estoicamente esos 21 días sin lamentarnos, ni una sola vez; pero si durante este lapso nos quejamos tendremos que cambiar la pulsera a la otra muñeca y empezar de nuevo los 21 días.
Juntos y honestos analicemos ¿cuántas veces nos quejamos al día, por el clima, el tránsito, la inseguridad en las calles, las mentiras de los políticos, traiciones amorosas, salud etcétera.
¿Qué ganamos con ello? ¡sentirnos peor! Con quejas, lamentaciones, reproches y críticas, nos conectamos con campos de baja energía que nos debilitan y hacen vulnerables a enfermedades, conflictos sociales y carencias. Por el contrario, si hablamos de gratitud y amor conectaremos con campos de ALTA energía, que fortalecen nuestro poder personal.
Siguiendo con el reto, recordemos que cada queja nos obliga a empezar desde cero. Evitemos esto concientizándonos en el ahora y el aquí, de nuestros pensamientos y palabras.
Ah, sí nos “cachamos”quejándonos, entonces de inmediato lancemos palabras de agradecimiento a la vida, el trabajo, la salud... o a cualquier cosa que nos inspire agradecer desde el corazón.
Tampoco pasemos por alto que no es suficiente no expresar una queja hipócrita para continuar firmes en el reto, pues si tales quejas y lamentaciones las guardamos en la mente, este guardadito cuenta. Por último no es indispensable la pulsera morada.
Podemos utilizar un reloj, una moneda, una piedrita en el bolsillo o algún otro objeto pequeño, que resulte cómodo para que nos recuerde el compromiso que tenemos de 21 días. Y ahora si mayorcitos empecemos, estoy con ustedes tratando de vencer el reto.
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