Desde piezas inspiradas en la naturaleza hasta expresiones religiosas y otras pensadas en el cuidado del medio ambiente, son parte de la propuesta actual de las nuevas generaciones de joyeros mexicanos que encuentran en las redes sociales su nuevo escaparate para la venta.
El arte de la joyería se renueva con propuestas de creativos mexicanos que se adaptan a los actuales estilos de vida para generar diseños que rompen con los convencionalismos, creando piezas que van desde lo más sobrio y minimalista hasta lo más exótico y alternativo.
Tomando como inspiración la naturaleza, el arte sacro y hasta la plástica, las generaciones actuales de joyeros logran cautivar a un público joven a través del escaparate de las redes sociales donde a su vez, logran potenciar su venta y posicionarse en el complicado y competitivo mercado del diseño.
Alejandra de Coss es una diseñadora independiente, que en su propuesta aplica técnicas artesanales de producción, además de que cada una de sus piezas están inspiradas en el arte contemporáneo y siempre llevan detrás una interesante historia.
“El proceso para la fabricación la trabajamos en colaboración con joyeros artesanos, en su mayoría de la Ciudad de México y de Taxco. Son piezas hechas a mano, con la finalidad de enaltecer a la técnica artesanal”, comenta la diseñadora.
El costo de sus piezas oscila entre los 700 y 1000 pesos, aunque hay otras más elaboradas que llegan a alcanzar los cinco mil pesos. El material que utiliza es plata y en algunas piezas, la aleación. “Trato de inclinarme por materiales nobles, pero dependiendo de la inspiración de la colección, es la técnica que uso, puedo irme por la oxidación de la plata o por la plata pura”.
Alejandra dice que en la actualidad existen dos tipos de consumidores que son los que realmente marcan las tendencias. “Hay clientes que les gustan las piezas básicas y no tan elevadas de precios, por lo que consumen aretes y cadenas y por otro lado tenemos a quienes les gusta destacar y llamar la atención por lo que traen puesto, ese tipo de consumidores son los que buscan las piezas statement, que son grandes y brillosas”.
Enfrentan piratería
Talía Lanz lleva ocho años en el diseño de joyería, ella piensa que en nuestro país la industria ha crecido mucho, sin embargo uno de los factores que le ha afectado personalmente es la piratería y el plagio de los diseños. “Me pasó en los últimos años, he visto la reproducción de mis diseños y la copia de otros creativos y esto es a causa del crecimiento acelerado de la industria, sin embargo se puede contrarrestar registrando tus diseños como autor intelectual”.
Todos sus productos están hechos a mano: “Optimizo el uso de nuestros recursos para respetar el balance del medio ambiente y así obligarme a siempre crear piezas únicas”, explica. En cada una utiliza gran variedad de materiales como plata, oro, bronce, aluminio, chapa de oro y siempre incorpora piedras que traigan una energía especial.
Su inspiración se rige por las múltiples culturas que existen, pues cree que a través de ellas podemos encontrar diversas maneras de ver el mundo y conocer conceptos diferentes de belleza. Entre sus diseños destacan los ojos turcos en todos los tamaños, formas y texturas. “Son un talismán de protección y no sólo están presentes en Turquía, son un símbolo de protección de muchas culturas”.
Desde su perspectiva y experiencia, habla sobre los orígenes de la joyería la cual ha estado presente en todas las civilizaciones del mundo. “Se ha ido conservando y evolucionando a través de los siglos, por eso trato de mantener algo de nuestra cultura en cada diseño y demostrar que lo mejor está hecho en México, por lo que hacemos de la producción nacional nuestra mayor aliada para así generar empleos y un impacto positivo de México en todo el mundo”.
Talía, además de vender en la Ciudad de México, San Miguel de Allende, Puerto Vallarta, Quintana Roo, se ha expandido a Estados Unidos e Italia.
“Una pieza de joyería no basta con que sea atractiva físicamente, debe tener un significado muy profundo, ya sea por la piedra que lo adorna y sus propiedades, su magia, porque emula a un mito, o una cultura”.
También para ellos
El uso de joyas masculinas de acuerdo a datos de la Cámara de la Industria Joyera, ha tenido un incremento aproximadamente del 20 por ciento desde hace tres años y se pronostica que se pueda ir adoptando en mayor medida. Hoy en día es habitual ver a hombres llevando collares, brazaletes o pulseras y pendientes. Según los expertos, es a causa de la influencia que generan las estrellas del hip-hop y el reguetón.
O como en el caso de Cristeros, marca inspirada en esa etapa histórica de México.
Los Cristeros son identificados como hombres y mujeres que se levantaron en armas para defender sus ideologías. De esa inspiración surge la nueva línea de joyería de lujo cuya filosofía está dedicada a las personas que van por sus ideales, que son fuertes, rebeldes, creativas, aventureras, libres y que nada las detiene.
“La joyería está elaborada con plata de ley .925 lo mejor en calidad y se fabrica en México por artesanos locales. Proponemos diseño únicos y exclusivos. Cristeros se inspiró en la Guerra Cristera de 1926 en donde creyentes de la religión se levantaron en armas para defender sus ideales y eso es un Cristero en la actualidad, alguien que alza la voz sin miedo para expresar sus pensamientos y expresarse libremente”, dijo el fundador de la firma Juanchi Torre.
La marca fue lanzada en plena pandemia y de acuerdo a su fundador, ha sido todo un reto que han superado favorablemente. “La clave es irnos adaptando a esta nueva forma de vivir y de hacer negocios”.
My Rebellion, nombre que le ha dado a su primera colección, se divide en cinco categorías: anillos, pulseras o brazaletes, dijes, collares y bandas, que a su vez tendrán una subcategoría en la cual se contará con diferentes estilos que responderá a los gustos de cada personalidad.
“Queremos fomentar personalidad en la joyería, las piezas no sólo son un accesorio de moda, son piezas que te recuerdan y definen lo qué eres. Conozco a hombres que usan anillos y cadenas a diario, son accesorios que ya son parte de su personalidad. No se trata de un género, todos podemos usar joyería y contar nuestra propia historia e identidad”.
Sencillas y a la vanguardia
Hace tres años nació Kwali, firma joyera 100 por ciento mexicana que tiene la necesidad de ofrecer piezas con diseño original, cómodas y accesibles. “El mercado de la joyería masculina no estaba tan explotado y había precios muy excesivos, por eso decidimos atacar esta industria con piezas hechas de plata mexicana, con diseño minimalista y que ofrezcan libertad, comodidad y atemporalidad”, explicó el fundador Gabriel Paredes.
Entre sus ambiciones como marca, se encuentra expandirse a Europa y Argentina, donde vislumbra un amplio mercado para la firma.
Tienen pocos años de experiencia, pero ya colaboraron con el diseñador mexicano Mancandy, en la pasada edición digital del Mercedes-Benz Fashion Week Mexico City. “Tenemos cinco piezas de edición limitada con Mancandy, que diseñamos de la mano con el fin de que mantuvieran la esencia de ambas firmas. Ya tenemos planes de hacer otra colección con él”.
Tradición e historia
Daniel Espinosa es uno de los joyeros internacionales que es referencia en el área. Nació en el seno de una familia orfebre de Taxco y con 23 años de experiencia, su emporio llega a los cinco continentes del mundo con más de 70 boutiques. Su legado está enfocado en lograr que en este Pueblo Mágico, considerado como la Capital Mundial de la Plata se generen fuentes de trabajo y así se mantenga viva esta tradición.
“Las joyas embellecen y empoderan a quienes la portan. Son símbolo que detonan amor de diferentes maneras, que siempre están cerca de nuestro corazón, cuerpo y vida”, comentó.
El joyero que ha roto esquemas a través de su trabajo siempre ha tenido como materia prima esencial la plata originaria del sitio que lo vio nacer, pero también ha trabajado con oro y bronce. Montó su taller Casa de Plata, que antes de la pandemia era un museo interactivo, donde el público podía recorrer y conocer los procesos por los que pasa cada pieza de joyería y el delicado trabajo que elaboran los maestros artesanos.
“Yo me he dedicado a mantener viva la tradición de lo hecho a mano e incentivar a los artesanos a que sigan haciendo cada una de las piezas con mucha pasión. Para mí esa técnica de fabricación es fascinante y hace que la pieza sea aún más valiosa”.
Sobre el proceso de fabricación, explicó que el tiempo promedio que los maestros artesanos tardan en concluir una pieza, es de tres a cinco días, pero si la pieza incluye textura, baño de oro, o pedrería, el tiempo puede variar.
La fabricación comienza desde las minas que extraen el material, posteriormente se procesa en diferentes partes del país, Espinosa lo hace en Torreón, donde lo convierten en lámina cuando es oro, o en granalla de plata, que de acuerdo al creativo, es la forma más fácil de manipular.
“Con ello vas formando los alambres o láminas que van a ser el componente inicial de la joya y a partir de ellos, como si fuera una escultura, se le da la forma con calor, con martillo, y con mucho amor, para poder dar vida a esa figura que portarás en el cuerpo. Después se talla a mano, se pule para darle brillo y el término final”, detalla.
Su inspiración para crear nace de los múltiples viajes que ha hecho a lo largo de su trayectoria, es por eso que sus colecciones tienen nombres de ciudades o lugares que ha tenido la oportunidad de visitar y que hoy, a causa de la pandemia, son recuerdos que le permiten seguir creando piezas que cuenten historias.
Personalizados, la tendencia
De la joyería lo que más se venden son los aretes, pero que una de las tendencias que está tomando fuerza en la actualidad son las piezas personalizadas, como una de sus recientes colecciones que se llama Pop Art, en el que el diseñador, regresa a sus inicios y reinterpreta la figura de un cubo en un dije, el cual se presta para personalizar con iniciales, “son piezas que están gustando mucho, porque las hace únicas, pero también la joyería sencilla ha permanecido en el gusto del consumidor, aunque las piezas grandes llaman la atención, el cliente mexicano opta por piezas con corte minimalista y que creo, va muy bien con el tiempo actual que estamos viviendo”.
Así como Daniel está preocupado por preservar las tradiciones de orfebrería, también pretende contribuir al cuidado del planeta, así que lanzó la campaña Recicla, Reúsa y Rediseña, en la que invita a sus clientes a reinterpretar alguna pieza de joyería que tal vez ya no les gusta o tiene algún defecto, para que se reutilice ese material que ya está procesado y no se tenga que extraer uno nuevo de la tierra.
Sobre el futuro de la industria mencionó que ha sido duramente golpeada por la pandemia, pero que ha sobrevivido porque el consumidor aprendió a apreciar lo hecho en México. “Creo que habrá una apreciación más marcada hacia lo nacional, piezas únicas y con diseño original, aunque estamos en casa hay personas que disfrutan de arreglase, de sentirse bien consigo mismas y hay quienes disfrutan regalar un detalle que sea único, original y que no pase de moda”.
Mujeres y pequeñas empresas sostienen la industria
Nuestro país presume de poseer a los principales productores de joyería. Guadalajara, Jalisco, ha sido bautizada como la Capital Joyera de América, pues según estadísticas de la Cámara Regional de la Industria de Joyería y Platería del Estado de Jalisco (CRIJPEJ), produce 70 por ciento de la oferta joyera, al año se manipulan 20 toneladas de oro y 80 de plata. Sin embargo, no es el único sitio donde se lleva a cabo el arte de la joyería, también destacan el Estado de México, Yucatán, Guerrero y Ciudad de México.
En entrevista telefónica el presidente de la cámara Sergio González Velasco, afirmó a El Sol de México, que la cadena productiva de la joyería genera cerca de 20 mil empleos en Jalisco y 70 mil a nivel nacional. “El 70 por ciento de la fuerza productiva del sector joyero está conformada por mujeres y nueve de cada 10 empresas joyeras en el país son MiPymes.
“El cliente mexicano lo que más consume es joyería nupcial y religiosa, como medallas y rosarios. En el mes de febrero, es cuando más consumen joyería”, añadió.
El contexto mundial actual ha dejado grandes estragos dentro del mundo de la moda, sin embargo, la joyería es una categoría que ha permanecido activa, aunque ha tenido que aprender a adaptarse a los nuevos tiempos. Gracias al aceleramiento del e-commerce se ha expandido favorablemente, ha visto nacer nuevas tendencias y jóvenes promesas que complacen al cliente que no busca lujo, sino la diferencia y originalidad y sobre todo, a mantener vivas las tradiciones que envuelven a la industria.
“Tenemos un registro de que la industria joyera por venta en línea aumentó significativamente un 50 por ciento en los últimos seis meses, lo que es un aumento natural ya que se complementa con toda la promoción que maneja la industria”, refirió González.
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Las tendencias del 2021
De acuerdo a los datos proporcionados por la CRIJPEJ, este 2021 serán tres tendencias que predominen a lo largo del año:
Perlas. Las perlas son un elemento imprescindible para los artículos de joyería de esta temporada, elevadas y recontextualizadas en nuevas siluetas, desde aretes con flecos hasta gargantillas y colgantes.
Improper. Una tendencia que da permiso para disfrutar de la extravagancia. Detalles como eslabones de cadena XL y acabados brillantes son parte de esta propuesta con colores que estimulan el estado de ánimo y que están llenos de energía.
Sweet Escape. Está inspirada en la tendencia Vulnerability, misma que te lleva a un viaje de autodescubrimiento. Propone abrazar una verdadera identidad con combinaciones de colores y extravagantes siluetas que nos permiten expresar autenticidad e individualidad.