La comida puede ser uno de los vínculos que nos permitan tener contacto con otras personas en medio del confinamiento. Puede ser un buen pretexto para visitar a un familiar o incliso a un amigo, pero siempre con las precauciones recomendadas por las autoridades de salud.
El transporte de los alimentos de un lado a otro puede ser una preocupación, pues siempre está el temor de cargar el virus en los recipientes o en la comida.
Sin embargo, es muy complicado que el patógeno se adhiera a este tipo de productos. De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), el contacto con superficies no es la forma principal de contagio de la enfermedad de Covid-19.
Además, según el artículo del New York Times, Linsey Marr, Científica de aerosoles en Virginia Tech, detalló que este tipo de contagios ocurren cuando la superficie tiene grandes cantidades grandes del agente, el cual tiene que sobrevivir hasta que fuera tocado por alguien más, e incluso si es transferido al dedo de una persona, tendría que durar en la piel hasta que la persona se toque el ojo o la boca.
HAY QUE LAVAR TODO
Para eliminar cualquier posibilidad de contagio en la preparación de la comida es necesario seguir estas recomendaciones.
Según la Asociación para la Educación en Seguridad Alimentaria de Estados Unidos, el primer punto es lavar las superficies y las manos con frecuencia.
El lavado de manos debe durar al menos 20 segundos y debe realizarse con agua y jabón. La recomendación general es hacer este proceso antes y después de usar el baño, cambiar pañales o acariciar a mascotas.
Los instrumentos que se utilizan para cocinar, como las tablas, los platos o los utensilios cono agua caliente y jabón después de preparar cada alimento. Las superficies de la cocina se pueden limpiar con toallas de papel o de tela. En caso de utilizar trapos es necesario lavarlos con agua caliente después de cada uso.
El organismo también sugiere limpiar las frutas y las verduras frescas con agua de la llave, incluidas las que tengan pieles o cáscaras que no se coman.
SEPARA LAS CARNES
El proceso de separación de carne puede limitar la propagación de las bacterias, pues la Asociación para la Educación en Seguridad Alimentaria recuerda que manipular de forma equivocada la carne roja, las aves, los mariscos y el huevo puede crear un ambiente propicio para que los virus y otros microorganismos riesgosos se trasladen de un lado a otro.
A este proceso en los alimentos se le conoce como contaminación cruzada.
Para evitarlo, la recomendación es separar cada tipo de carne en el carrito de las compras, en las bolsas del mandado y en contenedores dentro del refrigerador.
Además, es necesario tener una tabla de cortar para productos frescos y otra específica para cualquier tipo de carne.
COCINAR TODO
Los virus y las bacterias en general tienen una baja resistencia a las altas temperaturas, por lo que cocer los alimentos reduce drásticamente la posibilidad de contagiarse de alguna enfermedad.
Cada tipo de carne tiene una temperatura ideal para cocinarse, por ejemplo, los asados y filetes deben calentarse a 63 grados, mientras que la gallina, el pollo, o cualquier otra ave de corral, es necesario cocinarlos a una temperatura de 10 grados.
Para la carne molida, que se usa para el picadillo o las hamburguesas, es necesario elevar la temperatura hasta 71 grados.
El organismo advierte que el color no es un indicador confiable de cocción, por lo que es necesario usar un termómetro.
REFRIGERAR
Finalmente, los alimentos deben refrigerarse en cuanto lleguen a casa del tianguis o supermercado para retrasar el crecimiento de las bacterias. La carne cruda, las aves, los huevos, los alimentos cocinados o las frutas o verduras frescas cortadas no deben permanecer a temperatura ambiente por más de dos horas.
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