Vencedores del Tiempo / Vivir por vivir o vivir en paz

El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad

Rosa María Campos

  · lunes 24 de septiembre de 2018

El doctor Juan Hitzig, autor del exitoso libro Cincuenta y tantos, sostiene que el ser humano vive cada vez más, pero: ¿Cómo hacer para que esta longevidad no sea una acumulación de dolencias y enfermedades, sino una etapa vital, plena de experiencias y desarrollo personal?

A esta pregunta de Hitzig podría dar respuesta Napoleón Hill, autor de la Ciencia del éxito y pionero en establecer un género literario para la superación personal. De sus obras extrajimos una serie de pensamientos aprovechables para dedicarlos a los “chicuelos” que deseen vivir en paz.

Mantente fresco cuando otros estén furiosos y pierdan la cabeza. Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, para no después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol.

Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: el tuyo, el del otro y el de los de terceros, quienes probablemente están más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la perspectiva de los demás enriquecerás tu propio punto de vista.

Espera a calmarte antes de hablar. Ten en cuenta que la relación es más importante que la discusión. Dar más relevancia a las personas que a las opiniones.

Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluido en su testamento. Nunca te arrepientas de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los sentidos.

Busca el lado positivo y agradable, aun de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que te ayudará a pasar más fácilmente los momentos difíciles y a convertir los problemas en oportunidades.

Establece el hábito de hacer preguntas y, sobre todo, de escuchar las respuestas Pregunta antes de reaccionar. Algunas veces disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para contestar, y no para tratar de entender.

No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona. Aférrate al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se devolverá. La gente no recuerda tanto lo que tú dices o haces, sino la intención con la que lo haces.

Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva. Observa si el propósito de tus palabras es ayudar, desahogarte o hacer daño.

Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad.

El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad. No olvides que un conflicto bien manejado fortalece la relación, y te ayuda a aprender de las diferencias. Pensar positivamente es una disciplina que, ejercitada con constancia, te dará el poder de cambiar tu entorno y por consiguiente, tu vida.

La vida está llena de conflictos, pero recordemos, lo que realmente nos afecta no es lo que nos sucede sino cómo reaccionamos a lo que nos sucede. No olviden que el enojo mata al insensato y la ira da muerte al necio.

Taca.campos@gmail.com