Maldito cielo/ apestoso y caótico inframundo

Juan José González Mejía

  · sábado 1 de octubre de 2016

Cuando el fondo y la forma se diluyen en un discurso ampuloso,roto y resiliente a la asepsia moral es que surge lounderground, lo marginal. Es el caso del filme Malditocielo (Stinking heaven) / EUA-2015, de NathanSilver.

La imperfección de la imagen, en antítesis al infaltable ytata del cine actual: el HD, utilizado por el fotógrafo AdamGinsberg a través de una cámara Betacam, le permiten a NathanSilver acercar el deterioro físico de un grupo de junkies —enobstinadas tomas cerradas— ante los ojos del espectador paraironizar con la intención primigenia de dicha comuna:rehabilitarse de manera afectiva/efectiva usando la fraternidad,los juegos interactivos, canciones y reglas que proscriban todoaquello de lo que viene huyendo.

La casona noventera en Nueva Jersey donde habita este puñado dedecadentes será un limbo engañoso y con tufo realmente deinfierno individual (a la manera de los curas pecadores en Elclub/ 2015-Pablo Larraín) cuando los demonios interiores sedesatan con la llegada de Anna/ Hannah Gross, pelirroja que cimbrael malogrado y endeble equilibrio, en claro guiño aTeorema/ 1968-Pasolini.

Filme experimental y seco, Maldito cielo es una glosaverdadera de humor negro al mostrar lo fallido de todo sistema porquerer controlar la mente y, en un insertado Schopenhauer, el“mundo como voluntad” cuando irrumpen los engendros queconforman y confirman el caos y la batahola emocional de losadictos.

Ni las terapias de videograbar las reacciones provocadas por losestados de enajenación, ni los intentos casi monásticos del grupoconsiguen que el olor apestoso (stinking al que alude eltítulo) se disipe.

Si Kubrick espetó en su filme de culto Naranjamecánica/1971 la inutilidad de la reinserción social delsicópata Alex, Nathan Silver aborda el asunto desde una ópticainteresante: no meter a la ley, al Estado, sino al mismo individuocomo ente regenerativo.

La fascinación del director por los ghettos deloosers, hincada incisivamente en su anterior trabajo,Uncertain terms/ 2014, donde explora el mundo deadolescentes embarazadas, deja escombros ahora en Malditocielo y que permiten rastrear un inframundo donde el dolor noes pérdida sino catarsis, y lo sucio de las acciones, lubricadascon la estética del formato de la cámara, obligan al espectador ainmiscuirse en una intimidad colectiva, brutal, trágica y a la vezgenuina (por el alto voltaje de las actuaciones improvisadas) en uncorifeo mordaz y apabullante humano.

Maldito cielo se proyecta hoy a las 17 y 20 horas, enÁgora de la Ciudad, dentro del 36 Foro de la Cineteca Nacional quemañana concluirá con Norte, el fin de la historia/Filipinas-2013, de Lav Díaz…

*Colaborador

TEMAS