Por Paula Ortega García
Instituto Tecnológico Superior de Xalapa
Anualmente en el país se generan 350 mil toneladas de desechoselectrónicos, de las cuales el 90 por ciento no recibe tratamientoespecial. Con notables retrasos, la legislación mexicana loscataloga como desechos de manejo especial y no como residuospeligrosos, lo que deja a expensas de gobiernos estatales su manejoy confinamiento y no de la autoridad federal.
Los residuos electrónicos son tóxicos y representan un riesgoa la salud humana cuando se liberan de manera informal o sedisponen en tiraderos a cielo abierto, pues contienen mercurio,plomo, cadmio, berilio, cromo y bario, además de sustanciasutilizadas para reducir el grado de inflamabilidad de losproductos.
Aunado a ello, otras naciones introducen clandestinamente estosdesechos a México para abandonarlos aquí, sin que la Profepa y laSemarnat consigan frenar el problema. México genera alrededor de350 mil toneladas de residuos eléctricos y electrónicos cadaaño. Se trata de televisiones, computadoras de escritorio yportátiles, teléfonos fijos, celulares, aparatos de sonido, videoo consolas que han llegado al final de su vida útil y sonconsiderados desechos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y CambioClimático (INECC) —órgano desconcentrado de la Secretaría deMedio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)—, en 2006 el paísgeneró 257 mil toneladas de residuos eléctricos y electrónicos;en 2010, 300 mil; y en 2014 se alcanzaron las 358 mil toneladas.“Hay un crecimiento anual de entre el 5 y el 7 por ciento”,dice, en entrevista con Contra línea, Arturo Gavilán García,director de Investigación para el Manejo Sustentable de SustanciasQuímicas, Productos y Residuos del INECC. El aumento en laproducción y uso de equipo electrónico, aunado a la reducción enel tiempo de vida de dichos productos, elevan cada año el volumende aparatos obsoletos que son desechados o que quedan almacenados.Las computadoras son un ejemplo representativo.
En 1997 una computadora nueva se usaba en promedio 6 años; en2005, 2. En 1994 se desecharon cerca de 20 millones de computadorasen todo el mundo, 7 millones de toneladas de equipo. Diez añosdespués, fueron más de 100 millones las que dejaron de usarse.Actualmente, México recicla apenas el 10 por ciento de susdesechos; el 40 por ciento permanece almacenado encasas-habitación, oficinas o bodegas y cerca de 50 por cientollega a rellenos sanitarios o tiraderos no controlados.
Los residuos de aparatos electrónicos pueden representarriesgos para la salud humana y para el ambiente por contenermetales pesados como mercurio, plomo, cadmio, berilio, cromo ybario, además de sustancias utilizadas para reducir el grado deinflamabilidad de los productos, particularmente los éteresbifenílicos policromados (PBDE, por su sigla en inglés),sustancias que pueden bioacumularse en los tejidos grasos de losseres vivos y los diversos compartimentos ambientales y representanun riesgo potencial a la salud humana cuando se liberan comoresultado de actividades de reciclaje informal o cuando se disponenen tiraderos a cielo abierto o en sitios no controlados.
Las 500 millones de computadoras que llegaron al final de suvida útil entre 1994 y 2003 generaron cerca de 2 millones 872 miltoneladas de plástico, 718 mil toneladas de plomo, 1 mil 363toneladas de cadmio y 287 toneladas de mercurio. No obstante lapotencialidad tóxica de los desechos electrónicos y la escasatasa de reciclaje, la legislación mexicana —Ley General para laPrevención y Gestión Integral de los Residuos— los calificacomo residuos de manejo especial y no como residuos peligrosos, porlo que son de competencia estatal a través de planes de manejo.Sólo 19 estados cuentan con un marco legal para hacerlo:Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Ciudad deMéxico, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco,Michoacán, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sonora,Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, apunta el INECC en el más recienteinforme “Los residuos electrónicos en México y en elmundo”.