Parafraseando el célebre título de Italo Calvino, Si unanoche de invierno un viajero, Alberto Cotroneo obsequia allector uno de los libros más bellos sobre el amor a la lectura. Siuna mañana de verano un niño (Carta a mi hijo sobre el amor a loslibros) de Roberto Cotroneo es una extensa carta del autor a suhijo, Francesco, un niño que empieza a despertar al mundo y quepoco a poco se va impregnando de las pasiones del padre: loslibros, la música y el cine.
Ahora que los problemas de lectura son, día a día, másgraves; en estos días en que los libros le son ajenos a losjóvenes y que los adultos poco hacen para fomentar este hábito,libros como el de Cotroneo son de gran aliciente para niños,jóvenes y adultos.
México presenta un bajo índice en el nivel de lectura. En laspruebas de evaluación internacional (como PISA, por ejemplo),México siempre ha ocupado un nivel que oscila entre el 40 y 45 deun total de 50 países. Aunque las pruebas se conforman porhabilidades matemáticas, verbales y de razonamiento, la lectura espiedra angular de dichas pruebas, pues el problema se centra en laincapacidad de los niños y jóvenes por leer hasta las simplesinstrucciones.
Si el martillo es una extensión de la mano, si los anteojos sonuna extensión de la vista, si cualquier vehículo es unaextensión de los pies, el libro es la única extensión de laimaginación, acaso del espíritu humano. El libro es la únicaherencia del hombre hacia el hombre, el libro es el único medio através del cual se ha ido creando la propia memoria histórica.Sin libros no hay ideas, pasión ni vida. La vida sin libros es laoscuridad que nos narra José Saramago en Ensayo sobre laceguera, la vida sin libros es un viaje a la noche delpensamiento, es la Nada de Ende.
Si una mañana de verano un niño de Roberto Cotroneose divide en seis apartados: el primero funciona como una suerte deintroducción y la exposición de la “poética del lector”, porllamarle de alguna manera. Cotroneo pasa a dividir cuatro de esosseis apartados en “La inquietud”, “La ternura”, “Lapasión” y “El talento”. En cada uno de ellos explica esasfases de la lectura; las explica con base en diferentes ejemplosliterarios, que van de Stevenson y La isla del tesoro,hasta El malogrado de Thomas Bernhard; pasando por laTierra baldía de T.S.Eliot y El guardián en elcenteno de Salinger.
Cada una de estas lecturas le sirven a Cotroneo paraejemplificar uno de esos elementos que menciona como esenciales enla lectura.
Si una mañana, como ésta, usted toma un libro…
*Colaborador