El actor y director de teatro Francisco Jácome tuvo ya su primera intervención en una película y se despide de Xalapa para buscar un lugar en el cine. Antes de partir de su tierra natal presentará la primera antología de ocho mujeres y hombres que se dedicaron a la escritura en la ciudad, en el siglo XIX.
El investigador de 27 años afirma en entrevista que la gratitud y el servicio son fundamentales en su vida, por eso, en retribución a lo que Xalapa le ha dado deja el libro que reconoce a quienes con su labor iniciaron la actividad literaria en la capital del estado pero han permanecido en el olvido.
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Francisco Jácome es un joven talento que se ha dado a conocer en diferentes ámbitos, pero fue durante el confinamiento de la crisis sanitaria cuando halló una nueva faceta donde desarrolló su interés por la historia.
Resultado de la curiosidad, ahondó en la literatura local y se encontró a personajes de los que poco se sabe. Así surgió La Bohemia Jalapeña 1871. Antología de poesía xalapeña del siglo XIX, con prólogo de Ángel José Fernández e ilustraciones de Xavier Salas.
El poemario recoge la obra de un grupo de poetas xalapeños de entre los 16 y 31 años que publicaron el semanario La Bohemia. Llegaron a ser consideradas “Joyas de la literatura”, pero con la llegada de corrientes literarias como el Modernismo quedaron en el pasado.
Los nombres de quienes aparecen en el libro son Ricardo Domínguez Mora, Clotilde Zárate Ferrar, Daniel Díaz Casas, María del Carmen Cortés y Santa-Anna, Pedro Guerra, María Herrera Rodríguez, Josefina Pérez Silva y Vicente R. Casas.
Sobresale la presencia de María del Carmen Cortés y Santa-Anna, quien todo parece indicar fue la primera mujer en publicar un libro en México.
La primera presentación de la antología, cuyos objetivos son divulgar la vida y obra poetas del periodo de 1862 a 1894, está programada para la segunda quincena de septiembre.
Antes, Francisco Jácome invita a no perderse las funciones de “El edén de las musas”. Con dramaturgia y dirección propias, la puesta en escena recurre a la Xalapa de 1871.
“El Edén es una oda al amor que nunca podrá ser. Es una carta de una interminable despedida”. El monólogo está interpretado por la actriz Karen Alú Martínez y se conforma por textos que rescatan la obra de poetas xalapeñas
La compañía Andrónicus, fundada por Francisco Jácome, tendrá presencia en el Museo de la Música Casa Doña Falla, los días 26, 27 y 28 de agosto, a las 19 horas.
Desde Andrónicus Teatro, Francisco Jácome ha participado en montajes escénicos y ha dirigido obras de autores de los siglos XIX y XX. También ha hecho teatro de máscara y títeres.
Considerado ya un joven talento, cuenta entre sus logros que antes de los 25 años llegó a la Muestra Nacional de Teatro para representar a Veracruz con un trabajo comunitario a favor de niños, niñas y adolescentes de Los Altos, en las faldas del Cofre de Perote.
En este lugar acercó a chicos y chicas al teatro para luego producir puestas en escena. En teatro, expresa que su esencia es hacer el trabajo que a él le habría gustado ver, con un afecto especial hacia la gente.
Busco ser lo más honesto conmigo mismo, lo más abierto y lo más trasparente; sobre todo, disfrutar lo que hago
“Si no era sacerdote iba a ser historiador, hasta que en la prepa conocí el teatro. Sí hay algo siempre de rescate… necesitamos símbolos que nos representen y traer al presente a personas que buscaron lo mismo que los jóvenes de ahora”.
Francisco Jácome se va a la Ciudad de México, pues ser de provincia le dificulta crecer en el área del cine, donde ahora tiene puesta la mirada. Entre sus fuentes de inspiración nombra a la veracruzana Teté Espinoza, quien hace teatro y cine con excelentes resultados.
Sabe que no será fácil, pero ante la adversidad de los tiempos afirma: “Pareciera que no vale la pena hacer libros, teatro, música o cine, pero sí es importante porque es el área de consuelo y de reposo”.
“No sé si el arte te hace buena persona, pero hacerlo o consumirlo sí te recuerda que eres humano, porque te toca tus fibras sensibles; te provoca emociones. Creo que no ser servicial en esta época debería ser considerado como una falla humana. El mundo ya no está para no ayudar, y se puede hacerlo desde las distintas profesiones u oficios”.