El veracruzano Alonso Alarcón Múgica ha sido postulado para recibir la máxima distinción que otorga la Universidad Nacional Autónoma de México a sus alumnos de posgrado: la Medalla Alfonso Caso.
Entre otros logros, el investigador destaca por ser el primer hombre en el país en realizar investigaciones y estudios formales de género enfocados en las masculinidades en coreografías dancísticas.
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¿Cuál fue su investigación para obtener título de doctor?
“Prácticas coreográficas de(s)generadas: tránsitos mediales de imágenes homosexuales, gay y maricas en la danza contemporánea en México (1980-2020)” es el título de la tesis con la que este mes obtuvo el título de doctor en Historia del Arte con Mención Honorífica.
En su presentación sostiene que los cuerpos en resistencia han sido suprimidos dela historia de la danza contemporánea nacional oficial registrada hasta ahora. Acompañada de fotos de coreografías, presenta esa parte pendiente y anota que es necesario repensar los abordajes de la historiografía de la danza de finales del siglo XX y principios del XXI. Manifiesta la necesidad de atención y clasificación.
Alonso Alarcón identifica que “se trata de imágenes que arden en lo más profundo de historias que atraviesan los cuerpos en resistencia, maleables, torcidos e incorrectos”.
Señala especialmente “la homofobia que mantiene a México en el segundo lugar mundial en crímenes de odio por diversidad sexual, la pandemia del VIH-Sida como amenaza latente y la posibilidad de quemarlo todo para reinventar desde las cenizas un mundo vivible, alegre y desbordado”.
En su trabajo anota la importancia de articular los saberes artísticos y académicos en un mismo nivel de importancia, así como evidenciar que, aunque ahora hay bases, lo coreográfico debe seguir siendo contado en una historia de la danza en clave cuir.
El hoy historiador de arte cuestiona también la visualidad institucionalizada en los modelos tradicionales de analizar, historiar y criticar piezas de danza contemporánea y sus protagonistas.
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También fue galardonado por el Senado de la República
Quien ha desarrollado su labor profesional en Xalapa, este mes también fue reconocido por el Senado de la República por su trayectoria artística. Al respecto, Alonso Alarcón manifiesta su gratitud al comité tutor, a la UNAM y al Senado de la República, pero también les recuerda a los senadores que hay demandas pendientes para el gremio de la danza en México.
Fundador de la compañía xalapeña Ángulo Alterno y del Festival Internacional
DanzaExtrema -en pausa por falta de apoyos-, Alonso Alarcón vive un momento de logros en el área de la investigación que tiene como antecedente la maestría en Artes Escénicas en la Universidad Veracruzana.
De acuerdo con lo expresado a Diario de Xalapa, para el doctorado su enfoque es el estudio de coreografías que se salen de la norma, “de(s)generadas” por su dificultad para ser clasificadas. Desde sus estudios de maestría, comparte que sus indagaciones ya versaban sobre cómo algunos coreógrafos varones reimaginan la masculinidad en sus obras, espacios donde se muestra que “la masculinidad no es única”.
“La masculinidad se abre a muchas formas y colores, y el gesto del cuerpo humano puede librarse de todos los prejuicios sociales, culturales, familiares y religiosos que hay en contra de los homosexuales”, dice.
Desde su niñez, el investigador y coreógrafo recuerda haber vivido violencia de género por ser hombre y no contar con una masculinidad hegemónica, por eso sus estudios están dedicados “para quienes resisten y protestan su derecho a ser”.
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El coreógrafo, gestor y promotor de la danza contemporánea anota en su tesis que a los cuerpos en resistencia les toca “vivir una vida que vale la pena ser vivida frente a discursos de odio heteronormativos y a la pandemia del VIH-Sida que se antiene desde la década de los ochenta como amenaza latente”.
También subraya que, desde su experiencia, puede decir que “en México ser bailarín, tener piel morena, dedicarse a la coreografía, tener rasgos totonacos y ser marica al mismo tiempo implica poner el cuerpo en el espacio del dolor”.