Xalapa, Ver.- Ante las dificultades que representan la edición y publicación, y lo lejano que puede parecer tener un libro propio, Julio María y su hijo, Leo, declaran que sí es posible y el camino es la autogestión.
En la 34 Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil, papá e hijo presentaron "Abron Leo", ilustrado por Karla Murayama y Pedro Hace.
El libro, explicaron los autores, tiene origen en las preguntas constantes de Leo, niño de primaria, en una conversación cualquiera dentro de la privacidad familiar.
El resultado es un libro para niñas y niños de espíritu inquieto y preguntones, y para padres, madres y tutores. Es un libro para el periodo de crianza.
Aunque Julio María ya escribía y dibujaba, comenta que hay una gran ventaja en Xalapa por la existencia de ilustradores.
La idea inicial era un “fanzine”, ahora los autores dicen convencidos que no hay que ponerse límites; en el camino siempre es posible encontrar aliados.
Nombran a Karla Murayama y Pedro Hace, quienes han trabajado juntos varios proyectos y desde "Abrón Leo" piensan en darle continuidad a hacer libros pequeños, e incluso una colección.
"Ya surgieron otros proyectos y estamos empezando a idear la colección de libros entre amigos", expresa Murayama, quien se ha dado a conocer por un trabajo profesional y su taller Fika.
En la presentación, Julio María y Karla Murayama coincidieron en que hay una tendencia a pensar en literatura infantil como algo menor, cuando no es así y este género debe ser valorado.
No hay que tratarlos como tontos, al contrario, es apelar a la creatividad, a la imaginación y a las inquietudes que los chicos tienen
En cuanto al título del libro, explicaron que tiene que ver con la capacidad que se tiene o no para escuchar a las niñas y niños en tiempos de crianza.
Julio María comparte que creció con la idea de que los artistas vivían en otros lugares, no en Xalapa, pero para él era importante, para la experiencia padre-hijo, mostrar que los libros se pueden hacer, del tema que se quiera y a la edad que se tenga.
Reitera el llamado a no ver los obstáculos y animarse a incursionar en la creación literaria.
Sobre "Abron Leo" apunta que no es una historia, no son poemas, es una invitación para reflexionar en las personas que conviven con niños.
De entre las ilustraciones, Leo destacó la de un cochino porque tenía la duda de por qué no pueden ver hacia el cielo. En la ilustración, el cerdito aparece con un telescopio. "Porque todo es posible".