Ai Weiwei no duda en manifestar que se siente a gusto en México, aunque para él “estar cómodo es una de las acciones más bajas del ser humano”, por lo que salir de esta zona de confort a través de la creatividad y la rebeldía es lo suyo, al también considerar que “todo artista es una activista”.
Así lo expresó el artista chino ante un buen número de periodistas que acudieron al Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), previo a la inauguración de su exposición Restablecer memorias, que como la mayoría de su obra, tiene una fuerte crítica social, que ha provocado en su persona la tortura y el exilio.
Ai Weiwei ya está en la CDMX y así presumió su recorrido
En esta ocasión, Ai Weiwei, exhibirá la mencionada muestra del 13 de abril al 6 de octubre del presente año y en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, del 28 de noviembre de 2019 al 8 de marzo de 2020. La exposición refiere el trauma que significa el atentado contra el futuro, el cual supone la violencia contra los jóvenes.
Sobre lo anterior, hace tres años, Ai Weiwei estuvo en México donde se contactó con los familiares de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, de ahí surgió que el multifacético artista, hiciera el documental To be (Ser), que por medio de una instalación de videos, presenta un adelanto en la exposición con entrevistas a los padres de familia de los jóvenes desaparecidos.
“Son gente buena, no se dan por vencidos y guardan la esperanza de que sus hijos estén con vida”. Para reproducir la imagen de “los 43”, el artista utilizó piezas de Lego, técnica que desarrolló cuando hace algunos años, Amnistía Internacional lo invitó a Alcatraz.
“Me proporcionaron una lista de prisioneros políticos de muchas partes del mundo como Irán. Cuando vi las fotos descoloridas, pensé que era buena idea hacerlas en Lego que presenta una opción fresca, homogénea y hermosa”, narró el artista asiático que para realizar las imágenes de los mexicanos utilizó alrededor de un millón de piezas.
En su elaboración participaron 150 estudiantes de la Facultad de Arquitectura, Diseño Industrial, Artes y Diseño de la UNAM. Después, Weiwei contó que la compañía que realiza estos bloques para construir artefactos, intentó prohibirle su uso, al aludir “que no se tenían que utilizar para cuestiones políticas” y entonces él dijo “qué mierda” y las volvió a utilizar. Señaló que cuando vio las imágenes de los estudiantes, realizadas en esta modalidad, vio una expresión que no había sentido con otro medio pictórico.
Al tocar el tema de la censura, dijo que en internet su nombre desapareció y quien quería buscar algo de él, tenía que usar la clave “hombre gordo” y al recordar esa represión en su país, el creativo indicó que nunca se hubiera imaginado tener una conferencia de prensa como la que se llevó a cabo ayer.
“Allá no hay universidades como ésta, donde hay libertad. La situación es que ahora mismo hay profesores despedidos de su trabajo. Las escuelas se reportan al Estado y si los alumnos no se rigen a éste los reportan. Hay artistas que tienen tradición, pero no pueden tocar los momentos claves de la sociedad. Están imposibilitados para hacerlo. El gobierno impide que alguien que tiene una intuición o un pensamiento sobre lo que sucede, se exprese”.
Antes de pasar a ver la obra de Ai Weiwei se le preguntó por qué usa esa crítica y respondió que desde siempre tuvo una conciencia política: “Un artista siempre es un activista. Tal vez soy el maestro del Lego o selfie, como Warhol era de la serigrafía, ante todo soy un ser humano y uso el medio que me toca”.
Cabe mencionar, que el creador chino presentará paralelamente en el MUAC la obra El salón ancestral de la familia Wang (2015), la cual es su mayor ready-made expresión artística más característica del dadaísmo, que trata de transformar objetos de uso cotidiano en obras de arte.
Este templo se presenta por primera vez en Latinoamérica; se trata de una estructura monumental que consta de mil trescientas piezas y un peso aproximado de 50 toneladas y se informó que para ensamblarlo se necesitó la colaboración especial de maestros carpinteros traídos de las provincias chinas Zhejiang y Jianxi.