Harold Bloom se dio a conocer en México con la publicación del célebre Canon Occidental; aunque es cierto que a través de Adriana Hidalgo Editora ya conocíamos algunos libros de él dedicados a sus poetas predilectos (Blake a la cabeza); también a través del Fondo de Cultura Económica conocimos La religión en los Estados Unidos desde hace décadas. Pero fue con la Editorial Anagrama que en lengua española se dio a conocer el grueso de la obra de Bloom: El canon occidental (La escuela y los libros de todas las épocas), Presagios del milenio (La gnosis de los ángeles, el milenio y la resurrección), Cómo escribir y por qué, Shakespeare, El futuro de la imaginación y Relatos y poemas para niños extremadamente inteligentes de todas las edades.
Bloom desde hace años se convirtió en una de las escasas voces auténticas y autorizadas para hablar de literatura. Cuando leemos a Bloom nos da la impresión de que tenemos a un Borges revivido, a un lector que lo ha leído todo, que tiene la humildad de compartirlo y enseñarnos (en el más puro término socrático) a leer y a comprender la vida a través de los libros.
¿Dónde se encuentra la sabiduría? Se pregunta Bloom después de una severa enfermedad. Sólo un lector como él sabe que los libros nos ayudan a vivir y a comprender a los otros y a nosotros mismos que somos, dice Borges, los otros. Bloom se responde desde los libros y los autores de los libros que, a juicio de Bloom, son los canónicos de la literatura sapiencial. La propia sabiduría de Bloom nos deja entrever a cada uno de los lectores de ¿Dónde se encuentra la sabiduría? que cada uno de nosotros puede tener su propio canon, siempre y cuando éste nos sirva para la vida y para ser mejores hombres.
¿Dónde se encuentra la sabiduría? De Harold Bloom se divide en tres partes, la primera está dedicada a “El poder de la sabiduría”; aquí Bloom repasa la literatura bíblica, sobre todo los libros de Job (por cierto, sólo se le compara en sabiduría este ensayo de Bloom a otro libro clásico sobre el tema editado también por Anagrama: El chivo expiatorio de René Girard) y el Eclesiastés.
La segunda parte está dedicada a la obra de los pensadores y escritores fundamentales en la historia del hombre: Montaigne, Francis Bacon, Samuel Johnson, Goethe, Emerson, Nietzsche, Freud y Proust. La tercera parte es sobre el cristianismo y quienes —además de Yahvé y Jesús— han dado a esa religión la fuerza que hasta la actualidad tiene: Santo Tomás y San Agustín.
La sabiduría de Bloom, entendida ésta como aquel elemento casi divino que le es dado a los hombres, alcanza al lector de este libro. Bloom parece repetir aquellas palabras de Montaigne que, sin ser textuales, decían: si mi entendimiento no alcanza para aportar algo al hombre, prefiero citar a aquellos hombres que ya lo han dicho mejor que yo. De tal manera que ¿Dónde se encuentra la sabiduría? de Harold Bloom también es una suerte de antología: Bloom se acerca muchas citas de los sabios ya citados para aproximarnos a ellos, para —aunque sea demodé decirlo— iluminarnos.