Rodolfo Mendoza
Desde que Luis Cardoza y Aragón, Juan García Ponce y Octavio Paz dejaran de estar entre nosotros, la crítica de artes en México adolece de autores. Si no fuera por la siempre presente obra de Jaime Moreno Villarreal y las páginas de Juan Villoro, la crítica de arte en México sería casi nula. Naturalmente no me refiero a la crítica de arte especializada y académica; de esa sí que hay mucha, pero casi toda ilegible.
Sin embargo, de lo que ha carecido siempre nuestro país es de la crítica de arte enfocada a la imagen, es decir, a la fotografía. Por eso es plausible que la colección que patrocina la espléndida editorial oaxaqueña Almadía (en coedición con Fundación Televisa, CNCA, UNAM y la Embajada de Francia en México) vea la luz: serieve, colección cuyo objetivo de los editores es: “reunir los ensayos más destacados en el estudio de la imagen. En esta primera etapa nuestro catálogo se concentra en los teóricos, filósofos y críticos que luego de autores como Walter Benjamin, Roland Barthes y Susan Sontag han realizado novedosas aportaciones teóricas a la reflexión sobre la fotografía. La colección está dedicada a aquellos fotógrafos, ensayistas, profesores, artistas y lectores interesados en profundizar en el análisis e interpretación de la imagen”.
Dos libros de toda esta serie hay que destacar: El imaginario fotográfico de Michel Frizot y Breve historia del error fotográfico de Clément Chéroux. El primero es una suerte de enciclopedia de la fotografía, repasa desde los inicios en el siglo XIX hasta nuestros días, pero más allá de una enciclopedia (que ya es mucho), el verdadero aporte de Frizot es analizar qué distingue a la fotografía de las demás artes. Al mismo tiempo, el autor escribe algunas de las páginas más maravillosas que se hayan creado sobre la luz, ese efecto físico sin el cual ninguna arte sobreviviría y, en cuanto a la foto, elemento indispensable para hacer la diferencia entre una buena y mala obra de arte.
Por su lado, Clément Chéroux en Breve historia del error fotográfico documenta cómo los errores técnicos en la fotografía fueron, en muchos casos, algunos de los más grandes aciertos. Este volumen es la otra cara del libro de Frizot: cuenta la historia de la fotografía a través de sus desaciertos. Ya se sabe que la fotografía nació como la capacidad para retratar la realidad, y los errores, precisamente, ofrecieron esa “distorsión” artística que dio a tantos autores su sello propio.