Rodolfo Mendoza
Aunque mexicano, después de estudiar medicina en la UNAM, partió hacia Estados Unidos en donde hizo toda su carrera y se especializó en patología e hizo una labor sorprendente como médico, investigador, profesor y ensayista.
Quien esto escribe supone que González Crussí fue de los cerebros repatriados en el programa foxista, pues el autor de Partir es morir un poco empezó a escribir en español y fue tutor de varias generaciones del programa de becas del entonces Conaculta. La maestría del idioma, lo deslumbrante de sus ideas, su siempre docta y natural erudición se dan tanto en inglés como en español. Aunque sus libros en inglés nunca los tradujo él mismo, podemos asegurar que no pierden nada de nuestro idioma.
Hablar de los temas que interesan a González Crussí es hablar de la vida misma: la muerte, la biología, las deformaciones, la patología “natural”. En México no tenemos una gran tradición en cuanto al ensayo literario-científico (por supuesto están Pérez Tamayo, Kraus), quizá por eso sorprenda sobremanera la presencia de un autor al que no se le notan las fronteras entre la ciencia y el arte, o la ciencia y el pensamiento humanista. Como pocos, González Crussí ha hecho de sus ensayos una casa habitable en donde de igual manera comparten habitaciones la medicina, la filosofía, la historia, la biología, la literatura…
Venir al mundo, libro que tiene como subtítulo Seis ensayos sobre las vicisitudes anteriores a la vida mundanal, es una muestra más de que la ciencia, sobre todo en este siglo XXI, no puede estar divorciada del pensamiento humanista y de las artes. “Nuestro primer domicilio y sus asombrosas leyendas” o “De cómo empezamos a ser” son dos ensayos que demuestran que debemos volver la mirada no sólo a través de la historia, sino a través de nuestro propio cuerpo y nuestra propia naturaleza.
Si en Sobre la naturaleza de las cosas eróticas leímos un libro sobre las relaciones sexuales y eróticas del hombre, acá leemos una suerte de continuación que nos habla de lo que sigue (o puede seguir) después del coito, el orgasmo o la simple relación sexual: el advenimiento de un nuevo ser.