Debido a que las plantas son organismos sésiles, es decir no se pueden desplazar por si mismas, han desarrollado diferentes estrategias para transportar el polen de una flor a otra y de esta manera poder reproducirse. Estas estrategias involucran la producción de recompensas como fragancias, aceites, néctar y polen para atraer a diversos polinizadores.
Los polinizadores incluyen a más de 200 mil especies de animales que comprenden mamíferos, aves e inclusive reptiles. Sin embargo, los principales polinizadores pertenecen al grupo de los insectos, como las abejas, mariposas, escarabajos, avispas y hormigas.
Las abejas son los polinizadores más abundantes en la naturaleza y presentan estrategias sorprendentes. Existen especies de abejas y abejorros las cuáles a través de la vibración de su cuerpo provocan la liberación del polen de las flores, este proceso se denomina polinización por zumbido o vibración.
En estas flores el polen se encuentra alojado en las anteras (estructuras masculinas de las flores) y sale por un poro que se encuentra en la punta, como si se tratase de un tubo, y dado que el acceso al polen queda muy restringido, las abejas han evolucionado una estrategia para liberar el polen mediante agitaciones o vibraciones vigorosas de las anteras. Este proceso se llama sonicación y comienza cuando una abeja aterriza en una flor, posteriormente encorva el abdomen alrededor de las anteras mientras se sostiene con sus mandíbulas.
Luego la abeja contrae rápidamente sus músculos torácicos (los mismos músculos utilizados para el vuelo). Las vibraciones resultantes se transmiten a la antera a través de la cabeza, las mandíbulas y el lado ventral del abdomen de la abeja. Las vibraciones o zumbidos resuenan en las anteras provocando que los granos de polen sean expulsados, y el polen cae sobre el cuerpo de la abeja donde puede tomar dos rutas: la primera es que la abeja lo recoja para alimentar a sus larvas, debido a que es la principal fuente de proteínas y aminoácidos.
La segunda es que quede en su cuerpo y sea transportado al estigma (estructura reproductiva femenina) de otra flor para completar la polinización. La duración, amplitud y frecuencia del zumbido varía dependiendo de la especie de abeja y del tamaño de las flores, y de si la flor ha sido visitada previamente o no.
La polinización por zumbido ocurre en aproximadamente 20 mil especies de plantas que incluyen algunos de los cultivos comerciales más importantes a nivel mundial para el ser humano como el jitomate, la papa, la berenjena, los kiwis y los arándanos, entre otros. En la naturaleza existen varias especies de plantas que dependen de este tipo de polinización, muchas de ellas son leguminosas, pero también especies de otras familias como Melastomataceas y Solanaceas.
Inspirados en este proceso los humanos han desarrollado técnicas de polinización artificial para los cultivos de jitomate, tales como mesas vibratorias, ventiladores y dispositivos mas avanzados como “abejas eléctricas”. Asimismo, en estos cultivos se utilizan abejas o abejorros que los productores compran con compañías que se dedican al cultivo de estos insectos, para que realicen el trabajo de polinización dentro de los invernaderos donde se mantienen los cultivos.
Actualmente se está viviendo una “crisis de polinizadores” debida principalmente por la perturbación de los ecosistemas naturales y el empleo desmedido de insecticidas, lo cuál ha provocado la disminución de los polinizadores a escala global, afectando no solo a las poblaciones silvestres de polinizadores, sino también a los seres humanos debido a que muchos de los alimentos que consumimos o generan una ganancia económica dependen de los polinizadores, tales como el café, las calabacitas, el jitomate, la papa, el aguacate, la sandia, el cacao, manzana, mango, entre muchos otros.
De hecho, en México se ha reportado que de las 316 especies que se cultivan, 145 dependen de los polinizadores. Si bien, algunas especies se pueden autofecundar, con la presencia de polinizadores se aumenta el rendimiento (tamaño y cantidad de los frutos) en los cultivos. Resulta entonces de vital importancia cuidar el hábitat de los polinizadores, fomentar la reducción en el empleo de agroquímicos, y tener conciencia del papel que juegan en la naturaleza de manera directa fecundando las flores e indirecta manteniendo la diversidad genética de las poblaciones de plantas.