GIJÓN. En conversaciones para adaptarla a una serie, el actor, guionista y escritor español Carlos Bardem presentó en la Semana Negra de Gijón su novela Mongo blanco, una historia basada en hechos reales sobre el malagueño Pedro Blanco, uno de los grandes tratantes de esclavos del siglo XIX, con escenarios entre España, Cuba o África.
Mongo blanco compite por el Premio Espartaco, que distingue en el certamen literario a la mejor novela histórica, con Voraces, de la gallega Nieves Abarca, Hierba de brujas, de Toti Martínez de Lezea y con Coronado, de Ignacio del Valle, esta última sobre la expedición de Francisco Vázquez de Coronado al territorio del norte de México y el sur de Estados Unidos en 1540.
En la presentación de su novela, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, Bardem explicó que “Pedro Blanco era un monstruo, un señor que se dedicaba a una atrocidad y que revolucionó la trata de esclavos de alguna manera y yo digo que es el Pablo Escobar de la trata de esclavos, pero estos monstruos no son personas patológicas, sino creados por un sistema”.
En la novela, tras la muerte de su padre, el joven malagueño Pedro Blanco se echa a la mar en busca de un futuro mejor. Gracias a su pericia y fuerza de voluntad, escala posiciones hasta convertirse en Mongo Blanco, uno de los grandes negreros del siglo XIX, pero la traición de una persona muy cercana a él lo llevará al comienzo de su caída en desgracia.
Así se lo cuenta a su médico desde el manicomio en el que está encerrado sin sospechar que su historia todavía no ha terminado, ya que alguien de su pasado ha vuelto para cobrarse una deuda pendiente. En el ocaso de su vida, Mongo blanco tendrá ocasión de redimirse o ser finalmente víctima de sus excesos.
Para Bardem, esta historia advierte sobre "la banalización del mal", aunque tras comparar el esclavismo con el holocausto nazi, en el que se estima que hubo seis millones de muertos, durante los cinco siglos que duró la época de la esclavitud se calcula que 12.5 millones de africanos fueron sacados a la fuerza y vendidos a través de un tráfico trasatlántico.
“Sin embargo, era una práctica legal, el lugar de máxima rentabilidad para el dinero, y hay autores que elevan esa cifra a más del doble porque como en todo negocio legal hay una parte ilegal, dijo, para luego enfatizar que “pese a todo esto, cualquier atrocidad que sufra un ser humano, aunque sólo sea uno, ya es injustificable”.
Mongo blanco está basada en hechos reales pero con una trama de ficción y se enfoca en la participación de España en el tráfico de esclavos, algo, que apuntó Bardem, no forma parte del discurso oficial del relato de la historia del país.
“Cuando se habla de esclavos negros la imagen que se tiene es la de los campos de algodón de Estados Unidos, de Alabama, pero se omite la de las plantaciones de caña de azúcar en las colonias españolas, que fue de mayor magnitud”, abundó.
Recalcó que hay una herida brutal en muchas regiones del planeta por temas que tienen que ver con esclavismo y racismo “pero mientras no hagamos los deberes como sociedad, intentemos olvidarlo y no pongamos manos a la obra para sanar, será una más de las temáticas que rasguen nuestra sociedad”.
Para el escritor y actor, quien asegura es una buena persona pero por su cara le han dado los papeles de las más malvadas personas, en el trasfondo de esta novela hay un mensaje que pretende alertar a los lectores sobre lo peligroso que pueden ser los discursos que justifican las atrocidades.
"Actualmente proliferan discursos de este tipo, como los que justifican la precariedad laboral en la supuesta necesidad de reducir los costos de producción, lo que no debería ser aceptable", destacó.
Tras señalar que es un apasionado lector de la novela de aventuras clásica, aseguró que, “he escrito la novela de aventuras que a mí me hubiera gustado leer pues aquí la gente muere, se caga de miedo, se orina de miedo, las mujeres son violadas y he dejado de lado los girones de ingenuidad”.
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