Elena Poniatowska sigue de manteles largos por el festejo de sus 90 años que cumplió el 19 de mayo pasado. La tarde del martes fue homenajeada por la Casa Universitaria del Libro de la UNAM (Casul) con la apertura de la Biblioteca Casul de mujeres, la cual tendrá su obra completa junto con el acervo de otras escritoras.
En un acto simbólico, la autora de La noche de Tlatelolco entregó sus novelas a la Biblioteca para la consulta gratuita del público in situ. “En el Salón del vitral es donde tendremos la obra completa de Elena Poniatowska y más adelante la de otras escritoras, la cual podrá ser visitada, revisada y leída por quienes quieren estar un rato acompañado de la gran literatura y periodismo que nos ha regalado Elena”, apuntó Guadalupe Alonso, directora de la Casa.
El homenaje se convirtió en una suerte de charla entre amigas escritoras. Marta Lamas y Adriana Malvido acompañaron a la novelista en un recorrido por la memoria para revivir algunos de sus mejores textos desde sus primeras entrevistas periodísticas, por ejemplo a Gabriel García Márquez, hasta sus últimas novelas como El amante polaco.
Poniatowska confesó que desde la infancia tuvo el afán por preguntar y cuestionar todo lo que le rodeaba y su primera víctima fue su nana: “A Magda le preguntaba por su propia vida y más tarde seguí pregunte y pregunte y luego me casé con un astrónomo, él se aburrió y me decía ‘ya cállate, ya no preguntes’. Pero me aguantó”, señaló.
Adriana Malvido destacó que el periodismo y literatura de la también autora de Las indómitas echa un vistazo a la historia hecha por mujeres, y con su trabajo ha revelado la presencia femenina en la cultura; por ejemplo, el trabajo de las artistas muralistas ocultas por el relato oficial. “Elena nos puso en la mira a María Izquierdo una mujer importante para el arte mexicano de quien no se sabía mucho”, apuntó.
“Creo que sin mujeres no hay país, suena como una publicidad de una lata, pero creo que es importante que cada vez sean más visibles. Las soldaderas siempre fueron maltratadas, pero no entiendo qué hombre hubiera seguido luchando sin una soldadera junto a él”, cuestionó Poniatowska.
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En un ejercicio de autorreflexión, la novelista Premio Cervantes 2013 dijo que lo único que le falta por hacer es morir, un acto que vislumbra en el futuro. “¿Qué le puede faltar a uno cuando tiene 90 años? Ese es el paso futuro, es el paso a futuro”, señaló quien llegó a México a los 10 años de edad procedente de París.
Y en un tono melancólico, Poniatowska dijo que se encontrara con su “yo niña” le aconsejaría ser más feliz: “Le diría que tratara de adquirir a lo largo del tiempo, con sus propios instrumentos, algo que es muy importante para todos nosotros, es la capacidad para la felicidad”, concluyó.