¡Corran! dice el grito de advertencia que se escucha ante la inesperada llegada de las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente a los clandestinos puntos de venta de vida silvestre conocidos por los coleccionistas de orquídeas, una familia de plantas con alto índice de comercialización ilegal en Xalapa y Coatepec, en el estado de Veracruz.
La familia Orquidaceae u orquídeas son plantas que se distinguen por su belleza y diversidad de tamaños, colores y formas en sus tallos y floraciones. En su mayoría, las orquídeas son epífitas, es decir, crecen sobre otra planta utilizándola únicamente como soporte, sin embargo, también hay orquídeas terrestres y semiterrestres.
En el mundo se han identificado alrededor de 25 mil especies de orquídeas, México ocupa el onceavo lugar en riqueza de orquídeas silvestres con alrededor de 1,260 especies y Veracruz ocupa el tercer lugar con 433 especies de las cuales más de 40 se encuentran enlistadas en la NOM-059-Semarnat-2010, consideradas en alguna categoría de riesgo.
Las orquídeas no sólo son importantes en horticultura, también son indicadoras de funcionalidad dentro de un ecosistema, mantienen importantes interacciones con hongos y polinizadores, como aves e insectos. En ellas se han identificado compuestos activos medicinales como antioxidantes, antinociceptivos, antiinflamatorios o anticancerígenos.
Como ejemplo de ello, Epidendrum chlorocorymbos Schltr, una especie endémica de México que no se encuentra en otra parte del mundo, cuenta con propiedades farmacológicas antinociceptivas (dolor agudo desarrollado en respuesta a una circunstancia externa como ruptura de hueso); Oncidium ascendens Lindl inhibe la proliferación de líneas celulares cancerígenas; o la Vanilla planifolia Andrews con actividades biológicas confirmadas como antioxidante, antiinflamatoria, anticancerígena, contra el estrés celular, antimicrobiana, disminución del colesterol, antinociceptiva, antidepresora e inhibidora de la enzima acetil colinesterasa involucrada en la enfermedad de Alzheimer. Hacen falta muchos estudios pero en alguna de ellas podría estar la cura para enfermedades que ahora son fatales.
Don José, un hombre que creció rodeado de riqueza ecológica, acostumbrado a extraer orquídeas para coleccionar en su traspatio, desde niño adquirió de su estrecho contacto con la naturaleza la experiencia de observar cómo, a través del tiempo, la cantidad de especies silvestres disminuye a velocidades aceleradas debido a la tala de bosques, pero también al saqueo de enormes cantidades de plantas que se comercializan a muy bajo costo.
En los municipios de Xalapa y Coatepec es común la práctica de comercialización ilegal de orquídeas. La Profepa realiza de manera periódica operativos de vigilancia que casi siempre derivan en decomisos de hasta más de mil ejemplares donde es común identificar lirios de todos santos, coquitos, canelitas, pulpitos o cáscaras de nuez, gallinitas, tigrillas o grillitos, lírios de San Juan, cascabeles o hueveras, angelitos morados o magdalenitas, por mencionar las más comúnmente decomisadas. Muchas de ellas incluidas en la NOM, pero ¿cuál es el destino de estas plantas después de ser decomisadas?, se preguntaba don José.
Fue a partir de la curiosidad de don José que, por medio del hijo de su comadre, David, biólogo de profesión, conoció las Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMAS), espacios que fueron creados en el año 2000 en el Centro para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) de Hampolol, Campeche, con la presentación de la Estrategia Nacional para la Vida Silvestre (flora y fauna), que promueven un esquema alternativo de uso, manejo, producción y educación para la conservación.
David le explicó a don José que la UMA del Orquidario del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) de la Universidad Veracruzana, es la encargada en recibir los decomisos de la Profepa y que entre sus funciones tiene identificar, clasificar y seleccionar orquídeas para su posterior distribución entre otras UMA’s especializadas en el cuidado, reproducción y legal comercialización de éstas.
Le explicó que el Orquidario-CITRO, también es el encargado de preservar aquellos ejemplares sujetos de investigación que aporten conocimiento para su reproducción, conservación o uso medicinal, pero también de otorgar cursos, talleres y asesorías para la creación de nuevas UMA’s que puedan trabajar en conjunto con el mismo fin. Entre las UMA’s ya articuladas se encuentra La Perla, ubicada en las faldas del Pico de Orizaba; Laelias de Chavarrillo; El Farolito de Petlacuacan, Puebla; El Equimite de Coatepec, Veracruz; Xochitlcalli y el Vivero San Pedro, del municipio de Teocelo, Veracruz.
Para don José fue clara la problemática, pero también vio una oportunidad. Por un lado, los productores de orquídeas son un grupo de personas articuladas bajo el compromiso de conservación que deben trabajar en reproducir sus plantas para poder comercializarlas de manera legal, compitiendo con un grupo de personas que, de manera irracional, extrae las plantas de sus hábitats naturales y las comercializan a bajo costo de manera ilegal, prefiriendo la inmediatez a un alto costo social.
Es aquí donde el papel de los compradores (coleccionistas o no) juega el papel más relevante, pues sin la oferta no hay demanda. Al respecto hay mucho trabajo por hacer para dar a conocer, las alternativas, los esfuerzos institucionales no sólo para erradicar las prácticas ilegales, pues la tarea está también en construir puentes entre sociedad, productores, instituciones e investigadores para el trabajo en conjunto que haga que el esquema completo funcione para todos.
De la mano de David, don José ha dejado de coleccionar orquídeas arrancadas del bosque, es ahora dueño de su propia UMA, ha recibido el respaldo y algunos apoyos económicos gubernamentales que le han permitido convertir la conservación de orquídeas en el sustento de su familia y su modo de vida.
lilruiz@uv.mx
*Estudiante del Diplomado en Comunicación Pública de la Ciencia 2018