La educación ambiental nace en Estocolmo, Suecia, en 1972, en razón de la crisis ambiental que enfrenta el planeta, siendo sus ejes prioritarios la conciencia ecológica, la generación de conocimiento sobre los recursos naturales y el cambio de actitud en la población. México no ha estado exento de problemas ambientales, mismos que merman la productividad y salud de sus ecosistemas naturales. Basta mencionar, por ejemplo, que en 1990 (hace ya 28 años) la ONU declaró a lo que era el Distrito Federal (hoy Ciudad de México) como la urbe más contaminada del mundo. Hoy en día, a nivel nacional, problemas como la deforestación, urbanización, contaminación atmosférica, cambio de uso de suelo, extracción de especies silvestres y el cambio climático han sido la principal causa por la cual desarrollar educación ambiental en México, siendo el 1er Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental celebrado en Guadalajara en 1992 el punto de partida en este sentido.
México, líder mundial
En el país se pierden al año 155 mil hectáreas de bosques y selvas por acciones como la deforestación y los incendios forestales. Asimismo, año con año la tasa de crecimiento poblacional se eleva exponencialmente. El número de habitantes que demandan servicios urbanos básicos oscila alrededor de los 131 millones, a ello se debe en gran medida que México ocupe el noveno lugar a nivel mundial como emisor de gases de efecto invernadero con 547 mil toneladas anuales de monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), óxido de nitrógeno (N2O), dióxido de azufre (SO2), metano (CH4) y ozono (O3). Entre las ciudades más contaminadas se encuentran: Monterrey, Toluca, Salamanca, León e Irapuato.
El cambio de uso de suelo constituye otro factor que acelera la crisis ambiental de México. Para el 2011 cerca de 55.9 millones de hectáreas de vegetación natural, lo que representa cerca del 29% del territorio nacional, fueron transformadas y destinadas a otros usos, generando con ello un incremento en el número de especies silvestres en peligro de extinción. Nuestro país alberga 2,606 especies silvestres entre anfibios, aves, hongos, invertebrados, mamíferos, peces, plantas y reptiles, de las cuales 392 aves, 291 mamíferos, 204 peces, 443 reptiles, 194 anfibios y 49 invertebrados se encuentran bajo categoría de riesgo ecológico; algunos de estos grupos amenazados han hallado refugio en áreas verdes urbanas, camellones y parques ecológicos.
Archipiélago de Bosques y Selvas
Las áreas verdes urbanas son aquellos espacios dentro de las ciudades que cuentan con árboles, arbustos o plantas y que pueden ser usados con fines de esparcimiento, recreación, servicios ambientales, resguardo de vida silvestre e inclusive investigación. En la Ciudad de México, por ejemplo, existen 617.7 km2 de áreas verdes urbanas en las que habita fauna silvestre como cacomixtles, ardillas, armadillos, colibríes, tlaconetes, serpientes y tortugas; algunos de estos animales son extraídos para el mercado ilegal y otros son muertos por falsas creencias.
En el centro de la entidad veracruzana, una de las ciudades que cuenta con presencia de gran cantidad de áreas verdes urbanas es Xalapa, con sitios como el parque Natura, Cerro de Macuiltépetl, Cerro de La Galaxia, parque El Haya, Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero, parque Los Tecajetes, parque Los Berros, Santuario de las Garzas, por mencionar algunos. A iniciativa del Instituto de Ecología, recientemente (el 5 de enero de 2015) se creó por decreto del gobierno del estado el área natural protegida (ANP) que lleva el nombre de “Archipiélago de Bosques y Selvas de la Región Capital del Estado de Veracruz”. Esta ANP se conforma por siete fragmentos de bosques y selvas con alto valor ambiental, localizados en los municipios de Xalapa, Banderilla, Coatepec, Emiliano Zapata y Tlalnelhuayocan, cuyo objetivo es brindar servicios ambientales y funcionar como áreas de alto valor ecológico y sociocultural. Además, estos fragmentos de bosque juegan un papel importante en el abasto de agua de la zona conurbada, pues se encuentran dentro de la subcuenca del río Pixquiac, que abastece el 38.3% del agua de Xalapa.
Desconocimiento de la ciudadanía
Las áreas verdes urbanas desempeñan importantes funciones en la ciudad al ser utilizadas para el esparcimiento, recreación, turismo, ornamentación, protección, rehabilitación del entorno, investigación, resguardo de especies silvestres, amortiguamiento del clima y para minimizar la emisión de dióxido de carbono. No obstante, muchas de ellas son poco conocidas aún por la ciudadanía y enfrentan serias amenazas por problemas como el crecimiento urbano, desinterés gubernamental, extracción ilegal de flora y fauna silvestre, presencia de fauna exótica como gatos y perros, contaminación y lo más grave, escasez de conocimiento ambiental sobre su importancia ecosistémica y paisajista. Es por ello que la educación ambiental constituye un eje prioritario que debe desarrollarse en las áreas verdes urbanas de Xalapa, ya que permite que la sociedad se vea incluida en programas educativos.
Tan solo en Xalapa es común la realización de cursos de verano en los parques ecológicos Natura y El Haya, recorridos nocturnos para la observación de fauna silvestre en el Macuiltépetl, o existe la oportunidad de obtener conocimiento sobre diversas especies de reptiles y anfibios mediante la visita a los herpetarios de los parques Tecajetes y Macuiltépetl. No obstante, es también algo común que gran parte de la ciudadanía no conozca estas zonas ni las actividades de educación o investigación que en ellas se realizan, siendo así necesario incrementar actividades educativas donde participen biólogos, pedagogos u otros profesionistas, para fomentar cambios de actitud en los ciudadanos, así como su percepción sobre el cuidado y manejo de los recursos naturales.
Compromiso con la protección del ambiente
La educación es una vía ideal para el cambio de mentalidad y la toma de conciencia sobre la fragilidad de los ecosistemas naturales y la biodiversidad que albergan. Una sociedad con conocimientos y motivada en el cuidado de la naturaleza es la base para frenar los problemas ambientales actuales, iniciando desde los hogares y difundiendo el conocimiento entre los grupos sociales, estudiantes y autoridades. En este sentido, el papel que ocupan los docentes es de gran importancia para la sociedad, pues son la vía para la educación de sus alumnos, formándolos como individuos comprometidos en la protección del medio ambiente, con nuevas actitudes y aptitudes que den lugar a una población más consciente, educada e informada que transite hacia una adecuada sustentabilidad ambiental.
*Estudiante de la Facultad de Pedagogía UV y prestador de Servicio Social en el Instituto de Investigaciones Forestales (INIFOR) UV. Correo: erikacdel95@gmail.com
**Investigador del INIFOR-UV. Correo: peredofr@gmail.com